Un periodista disidente víctima de un chantaje policial

Reporteros sin Fronteras protesta por la citación que, el 24 de marzo de 2005, recibió en La Habana Oscar Mario González, de la agencia de prensa independiente Grupo de Trabajo Decoro. "Una vez más, un periodista cubano se ve acosado por la policía política, por el único motivo de que ejerce su profesión sin querer amoldarse al "código deontológico" impuesto por el poder. De nuevo denunciamos estos métodos arbitrarios y absurdos, destinados a ahogar a la prensa independiente de la isla", ha declarado Reporteros sin Fronteras. Oscar Mario González fue citado e interrogado el 24 de marzo de 2005 por dos oficiales de la política, en La Habana. Ambos hombres le retuvieron durante dos horas y media. "Me dijeron que criticaba demasiado al gobierno y que no me lo iban a permitir más", ha dicho el periodista a Reporteros sin Fronteras. Los policías le plantearon la siguiente alternativa : cesar en sus actividades o no salir del país para visitar a su hija, exiliada en Suecia. "Yo tenía un permiso de salida que me habían retirado. Cuando me citaron el 24 de marzo, los policías me dijeron que podría recuperarlo con la condición de que dejara de hacer mi trabajo". El periodista, que desde hace tres años no ha vuelto a ver a su única hija ni a su nieto de siete años, rechazó "la oferta". "Mi hija vino a visitarme en 2002. Los policías me advirtieron que si continúo escribiendo, la próxima vez la expulsarán del territorio", ha proseguido el interesado. A pesar de las presiones, Oscar Mario González no quiere ceder al chantaje, "aunque el precio a pagar sea no volver a ver a mi familia". Por tanto, podrían volver a citarle en cualquier momento. "No hago otra cosa que describir la realidad cubana de hoy, y eso el régimen no lo soporta", concluyó. Tres de los 21 periodistas encarcelados desde la oleada represiva del 18 de marzo de 2003 son miembros de la agencia independiente Grupo de Trabajo Decoro. Héctor Maseda Gutiérrez, Omar Moisés Ruiz Hernández y José Ubaldo Izquierdo Hernández están condenados a 20, 18 y 16 años de reclusión, respectivamente.