Reporteros sin Fronteras pide al gobierno que investigue las conexiones entre los paramilitares y la escolta de Pedro Cárdenas (foto), periodista independiente víctima de repetidas amenazas de muerte desde marzo de 2003. La organización apunta a las limitaciones de la política de desarme de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), emprendida desde aquella época.
Reporteros sin Fronteras se siente alarmada al saber que uno de los guardaespaldas del periodista independiente Pedro Cárdenas habría intentado incorporar a su escolta a un paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Pedro Cárdenas lleva tres años siendo frecuentemente amenazado por las AUC.
“Hacemos un llamamiento al Ministerio del Interior para que considere con seriedad las amenazas que recibe Pedro Cárdenas, e investigue la existencia de eventuales conexiones entre los paramilitares y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), que le proporciona escolta. Llamamos también a las autoridades a terminar con la impunidad que siguen disfrutando los dos individuos que secuestraron al periodista en marzo de 2003. A este respecto, el gobierno colombiano tiene que revisar la ley de “Justicia y Paz”, que exonera de procedimientos judiciales a los paramilitares, a cambio de su desarme. Una ley que no impide en absoluto que antiguos paramilitares, que además han sido rehabilitados, actúen por su cuenta”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
No es ésta la primera vez que Pedro Cárdenas es objeto de amenazas de muerte, en los diecisiete años que lleva de carrera. Cuando vivía en Mariquita (Centro), tuvo que abandonar la zona tras verse amenazado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Después se instaló en Honda (Departamento de Tolima, Oeste), donde dirigió un programa informativo en la radio RCN durante cinco años. El programa tenía un espacio reservado para que los ciudadanos pudieran denunciar en antena las anomalías relativas a la gestión municipal. Su visión del periodismo que, según él, tiene un papel social, y su franqueza, sedujeron a los oyentes de la región.
El 10 de marzo de 2003, y después de que en su programa revelara un caso de corrupción en el interior de la alcaldía de Honda, el alcalde convocó a Pedro Cárdenas para comprar su silencio. Posteriormente el periodista recibió la visita de un secuaz, que se presentó como hombre de las AUC y le intimidó con tres órdenes: no hablar, ni bien ni mal, del alcalde y de los concejales; no referirse a la empresa Alcanos, que distribuía el gas en el municipio, y renunciar a su empleo en la RCN. Pedro Cárdenas se negó a dimitir. El 12 de marzo de 2003 le secuestraron dos miembros de las AUC, y después le liberaron aquel mismo día. A pesar de la detención de sus secuestradores, inexplicablemente puestos en libertad antes de conocerse la sentencia, que debía hacerse pública el 3 de mayo de 2006, el periodista se marchó de Honda a Bogotá, antes de partir hacia el exilio en Uruguay.
A su regreso de Uruguay, Pedro Cárdenas declaró a Reporteros sin Fronteras que consideraba que ya no tenía nada que perder, y que le quedaba poco tiempo de vida. “O muero con dignidad, o vivo de la forma más indigna, aquí, en Bogotá”, manifestó. El 18 de enero de 2006 regresó a vivir a Honda, donde trabajaba como periodista independiente en la revista bimestral La Verdad, en la que seguía denunciando la corrupción local.
El 30 de enero de 2006, Pedro Cárdenas recibió en su domicilio la visita de Rafael Herrera Martínez, un presunto paramilitar apodado “Rafa”, quien le dijo que no podía permanecer en Honda, y le precisó que esa primera advertencia sería la última.
El 25 de abril, el periodista recibió la llamada telefónica que un hombre, que dijo pertenecer a un grupo de paramilitares desmovilizados. Le comunicó al periodista que estaba previsto un atentado contra él, para un mes más tarde. Pudo darle detalles relativos al material utilizado para el atentado y los nombres de algunos de los participantes y organizadores, presumiblemente paramilitares.
El 3 de mayo, dos hombres que iban en una moto, aparentemente paramilitares, buscaron en vano a Pedro Cárdenas en todos los lugares que frecuenta habitualmente. Los días 8 y 9 de mayo, el periodista encontró delante de su puerta un billete de cinco mil pesos (alrededor de 1,6 euros), con un ramo de mirto (utilizado en las coronas funerarias) y una cinta violeta.
Después, el periodista contó con la ayuda de una escolta, proporcionada por el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). Sin embargo, Franck Giovanni Ríos, uno de sus guardaespaldas, habría intentado reclutar para la escolta a Fernando René Pimentel, miembro de las AUC de Puerto Boyacá. Apoyándose en pruebas, ha asegurado a Reporteros sin Fronteras, Pedro Cárdenas denunció los hechos. Advertido, el guardaespaldas concernido amenazó con matar al periodista si le despedían, y escribió una declaración, que no firmó, a nombre de Fernando René Pimentel, negando los hechos denunciados por Pedro Cárdenas. El programa de protección del Ministerio del Interior cambió inmediatamente al escolta asignado inicialmente. Tras la publicación de un “estudio de riesgo”, efectuado por la policía de Ibagué (Oeste) en marzo de 2006, en el que se aseguraba que en el momento actual el periodista no corría peligro, Pedro Cárdenas manifestó el temor de lo que le retiraran la escolta, en un correo dirigido al ministerio el 12 de mayo.
El 10 de mayo, el periodista recibió un correo del ministerio, anunciándole el traslado de su denuncia a la Fiscalía General de la Nación, y la apertura de una investigación. Sin embargo, el DAS de la región de Bogotá ha manifestado algunas dudas respecto a sus declaraciones. Según el DAS, la denuncia del periodista se produjo después de que tuviera conocimiento de que sus guardaespaldas le habían denunciado, acusándole de usar para otros fines el dinero destinado a la compra de gasolina para el vehículo de protección. El periodista lo ha negado, y ha declarado que tiene copia de las cartas enviadas al ministerio, pidiendo que le cambiaran los guardaespaldas, por falta de confianza. Esas cartas llevan fecha del 22 de febrero de 2006, mientras que las denuncias de los dos guardaespaldas se presentaron el 26 de febrero. Finalmente el periodista se marchó de Honda el 14 de
mayo.