No quedan más que seis meses para el inicio en Pekín de los Juegos Olímpicos de verano. En efecto, el 8 de agosto de 2008 va a comenzar en la capital china el mayor acontecimiento deportivo del año. Para conseguir los Juegos Olímpicos, las autoridades chinas hicieron en 2001 unas promesas muy claras : la celebración de los "Juegos Olímpicos ayudará a la mejora de los derechos humanos" y habrá una "libertad de prensa total" antes y durante la celebración de los JJOO.
Pero estamos muy lejos de ello. En China continúan encarcelados una treintena de periodistas y medio centenar de internautas. Algunos desde los años '80. El gobierno bloquea miles de sitios de Internet y la ciberpolicía vigila a los internautas. No menos de 180 corresponsales extranjeros en China fueron detenidos, agredidos o amenazados en 2007.
Nada permite asegurar que la situación haya mejorado. En 2001 había catorce periodistas encarcelados en China Popular. Hoy son 32 los profesionales de los medios de comunicación, y más de cincuenta ciberdisidentes, los que están encarcelados en el país. Y los presos políticos se cuentan por miles. En cuanto al Comité Olímpico Internacional (COI) y los sponsors de los JJOO permanecen en silencio, desacreditando los valores del olimpismo.
Pensamos que todavía no es demasiado tarde para que les pongan en libertad. Y prueba de ello es que el 5 de febrero salió en libertad el periodista de Hong Kong
Ching Cheong, dos años antes de terminar de cumplir su condena. Periodistas y muchas personalidades, e incluso las autoridades de Hong Kong, se habían movilizado en favor suyo.
La represión continúa sin tregua, apartando a todos cuantos se atreven a hablar pidiendo mejoras concretas antes de agosto de 2008. Así,
Hu Jia ha sido inculpado de "incitación a la subversión del poder del Estado", a pesar de las protestas internacionales. Pueden condenarle a una pena grave de cárcel. Y el defensor de los derechos humanos Wang Guilin, que participó en la campaña "Queremos los derechos humanos, no los Juegos Olímpicos", acaba de ser condenado a 18 meses de reeducación por el trabajo, en el nordeste del país. Estas múltiples condenas han provocado numerosas reacciones en los medios de comunicación internacionales, y entre los defensores de los derechos humanos. En cambio, Jacques Rogge, presidente del COI, queda silencioso. Y las autoridades de Pekín se limitan a denunciar a quienes pretenden politizar los JJOO.
Las familias, víctimas olvidadas
Con ocasión del Año Nuevo chino, que se celebra hoy, Reporteros sin Fronteras quiere llamar la atención sobre la situación de las esposas, y más ampliamente de las familias, de los periodistas y ciberdisidentes encarcelados. Más allá de las dificultades económicas que deben afrontar, con frecuencia sufren sanciones y amenazas. El más grave de los casos actuales es el de Zeng Jinyan, la esposa del blogger Hu Jia, que se encuentra en arresto domiciliario en Pekín, con su hija de tres meses. La joven tiene prohibido salir del domicilio y comunicar con el exterior. Una de sus amigas, Yuan Weijing, esposa del abogado encarcelado Chen Guangcheng, está permanentemente vigilada por policías y granujas, reclutados por las autoridades locales, que recientemente arrojaron piedras a un equipo de periodistas alemanes que intentaban entrevistarla.
Con frecuencia, las esposas de los disidentes pierden sus trabajos. Como les ha ocurrido a las compañeras de los ciberdisidentes
Yang Zili (detenido desde 2001) y
Ouyang Yi (detenido de 2002 a 2004). La mujer y el hijo del director de publicación
Hada, encarcelado en Mongolia interior desde 1996, tienen que enfrentarse a múltiples humillaciones. Su hijo, Uiles, incluso ha cumplido una condena de dos años de cárcel por avisar a las organizaciones internacionales de la suerte de su padre, condenado a quince años de cárcel. Las autoridades se niegan a darle el documento de identidad mientras "siga creando problemas".
Movilización en París
El 8 de febrero de 2008 Reporteros sin Fronteras moviliza a los parisinos para denunciar la represión en China Popular. A partir de mediodía y en un barrio muy transitado de la capital, los militantes de la organización ofrecerán a los parisinos fotografiarse con la camiseta de la campaña « Pékin 2008 », que lleva impresos los aros olímpicos en forma de esposas. En una pantalla gigante se exhibirá un spot sobre los periodistas encarcelados.
Una treintena de deportistas y actores han aceptado ya participar en la campaña, llevando la camiseta de « Pekín 2008 ».
Finalmente, Reporteros sin Fronteras aplaude la decisión del Príncipe de Gales quien, el 28 de enero, anunció que no piensa asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín, entre otras cosas a causa de la situación de las libertades en Tibet. Allí, aun está más restringida la libertad de expresión. En 2007 condenaron a penas graves de cárcel a tres tibetanos, acusados de enviar al extranjero información sobre la represión.
Mas informacion sobre la campaña de Reporteros sin Fronteras :
http://www.rsf.org/rubrique.php3?id_rubrique=701