Los periodistas presentes en Costa de Marfil continúan trabajando, en un clima de permanente inseguridad. Reporteros sin Fronteras pide a los dirigentes políticos nacionales y locales, de toda índole, que respeten los compromisos adquiridos tras los acuerdos de Marcoussis, en enero de 2003, para garantizar la libertad de prensa.
Los periodistas presentes en Costa de Marfil continúan trabajando, en un clima de permanente inseguridad. A pesar de los avances en el proceso de reconciliación nacional no ha disminuido el número de detenciones, amenazas y agresiones que tienen a los periodistas como objetivo. Reporteros sin Fronteras pide a los dirigentes políticos nacionales y locales, de toda índole, que respeten los compromisos adquiridos tras los acuerdos de Marcoussis, en enero de 2003, para garantizar la libertad de prensa.
"Las presiones llegan de todas partes. Algunas zonas del Norte están prohibidas a los periodistas, por los jefes locales que les amenazan, les detienen y les confiscan su material. En la parte controlada por el poder, quienes ejercen presiones son la policía y los responsables políticos", ha deplorado Reporteros sin Fronteras. "El conjunto de los dirigentes políticos y militares tienen que respetar los compromisos que adquirieron para garantizar a los reporteros buenas condiciones de trabajo, y favorecer un periodismo de calidad. Eso pasa, entre otras cosas, por una llamada al orden a los militares y a las fuerzas del orden", añade la organización.
La distribución de los periódicos ya no está garantizada con normalidad en Bouaké, ni en otras ciudades bajo el control de las nuevas fuerzas, tras las agresiones a vendedores. La Radio-Télévision Ivoirienne (RTI), canal público, solo se recibe en el Sur, a pesar de los compromisos del Ministro de Comunicación, Guillaume Soro.
Desde comienzos de 2004 once periodistas han sido amenazados, agredidos o detenidos. El 13 de enero, Jonas Ouattara Nagolourgo, fotógrafo del diario Nuestra Vía, fue amenazado por unos miembros armados de las nuevas fuerzas, en el norte del país. Le quitaron las fotos y las destruyeron. El 16, Danielle Tagro Sylvie y Thierry Gouégnon, del diario privado El Correo de Abidyán, fueron secuestrados por el Ministro de la Enseñanza Técnica, durante una manifestación de estudiantes en el ministerio. A Danielle Tagro le trataron mal. El 20, Georges Gobet, reportero gráfico de la oficina de Abidyán de la Agencia France-Presse, fue golpeado por unos policías, en la apertura del proceso del asesino de Jean Hélène. El 31, Ibrahim Diarra y Charles Sanga, del Patriota, así como Franck Konaté, del diario 24 Horas, fueron agredidos por elementos de la guardia presidencial, durante una ceremonia oficial en Yamoussoudro. El 11 de febrero, Emmanuel Konan, corresponsal de Fraternité Matin en Daloa (Oeste), fue detenido por un señor de la guerra local, y le confiscaron el material. Pocos días después, Youssouf Sylla y Diallo Mohamed, corresponsales de Fraternité Matin en Bouaké, tuvieron que escapar, escoltados, tras las amenazas de los jefes locales. El 21 de febrero, Polycarpe Ilboudo, fotógrafo del diario independiente Le Jour Plus, fue detenido e interrogado por unos gendarmes en Abidyán, tras un control de identidad. No se le ha dado ninguna explicación de los hechos.