Cuando faltan pocos días para el 9 de mayo de 2006, fecha de la elección de los 47 miembros del Consejo de los Derechos Humanos, Reporteros sin Fronteras quiere dejar constancia de su preocupación en cuanto a la lista de candidatos, y a su impacto sobre la credibilidad de esta nueva institución.
“Cuba, China, Irán, Rusia, Túnez, Pakistán, Arabia Saudí...Estos países, que violan masivamente la libertad de expresión y los derechos humanos son, sin embargo, candidatos. Si resultan elegidos, el Consejo carecerá de credibilidad desde el mismo momento de su inauguración. Inmediatamente, Kofi Annan, quien tanto impulsó la reforma de la antigua Comisión de Derechos Humanos, debe recodar a los Estados miembros de Naciones Unidas que se comprometieron a estudiar atentamente, antes de votar, la situación de los derechos humanos en los países candidatos”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
“Además, con el sistema de cuotas regionales, países como Argelia, Nigeria o Túnez, prácticamente pueden tener la certeza de salir elegidos. Sin embargo, en los tres países se burlan frecuentemente los derechos de los periodistas. Es como para creer que no han servido para nada los debates a los que hemos asistido, durante los últimos meses. Parece que no se ha sacado ninguna consecuencia de las desgraciadas experiencias del pasado”, ha añadido la organización de defensa de la libertad de prensa.
Según la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas, que fija las modalidades del ejercicio del Consejo de los Derechos Humanos, hay 13 escaños reservados para los Estados africanos. Pero, hasta el momento, solo se han presentado 14 países como candidatos. Por tanto, tienen todas las probabilidades de resultar elegidos si ningún otro país presenta su candidatura antes del 9 de mayo.
Entre los 65 países que, al día de hoy, han presentado su candidatura figuran algunos de los mayores predadores de la libertad de prensa del mundo. China y Cuba son simplemente las mayores cárceles del mundo para los periodistas. En Irán y Arabia Saudí la censura continúa siendo la consigna, y los periodistas que se atreven a franquear las líneas rojas impuestas por las autoridades se arriesgan a sufrir graves represalias. En Rusia, el Kremlin continúa acaparando los principales medios de información del país, empezando por los canales de televisión. En Pakistán y Bangladesh es prácticamente diaria la violencia contra los periodistas. Finalmente, en Azerbaiyán se mantiene la impunidad en relación con la muerte de dos periodistas en 2005.