Reporteros sin Fronteras pide a los jefes de Estado un compromiso común en favor de la libertad de prensa
Organización:
Reporteros sin Fronteras manifiesta su deseo de que la Cumbre de las Américas, que va a celebrarse del 17 al 19 de abril de 2009 en Trinidad y Tobago, consiga un compromiso resuelto, de los jefes de Estado y de gobierno que asisten a ella, en favor de la libertad de los medios de comunicación y los derechos humanos.
La cumbre, que se celebra acto seguido de una visita oficial a México, representa la primera gran cita del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con sus homólogos del continente americano. Tras la investidura, el 20 de enero de 2009, del inquilino de la Casa Blanca, en Estados Unidos se han hecho algunos gestos importantes en materia de libertad de prensa. El gobierno de Washington, decidido a romper con las prácticas de la anterior administración, quiere estar representado en el Consejo de los Derechos Humanos de Naciones Unidas. Tomando buena nota de esa voluntad política Reporteros sin Fronteras manifestó, en una carta enviada el 17 de febrero de 2009 al presidente Obama, el deseo de que el país de la Primera Enmienda dé muestras de coherencia con sus principios en tres casos que caen directamente bajo su responsabilidad.
El primero se refiere a México, donde la seguridad de los periodistas está más amenazada. Desde 2000 allí han perdido la vida cuarenta y seis profesionales de los medios; un triste balance que no solo se debe a las actuaciones de los carteles de la droga. El envío, en el marco de la lucha contra el narcotráfico, de un refuerzo de cerca de 400 funcionarios del FBI y un centenar de agentes de la ATF, la administración que se encarga del control de las armas y explosivos, responde parcialmente al objetivo de hacer más segura la frontera. En esa zona, los profesionales de la información tienen que optar muchas veces entre el exilio y la muerte. La suerte de Armando Rodríguez Carreón y Emilio Gutiérrez Soto, dos periodistas de El Diario de Ciudad Juárez, es un ejemplo de tan dramática alternativa. Al primero le abatieron el 13 de noviembre de 2008 en el momento álgido de los enfrentamientos entre los carteles y las autoridades federales. El segundo, refugiado en Estados Unidos el 15 de junio de 2008, pasó siete meses detenido por los servicios de emigración.
La lucha contra la impunidad depende la voluntad de las autoridades federales mexicanas, y del control de sus propios agentes. Sin embargo, para el esfuerzo que se está realizando para hacer más segura la región resulta indispensable un compromiso mucho más ambicioso de Estados Unidos en materia de control de armas. El crimen organizado de México y América Central, donde la inseguridad alcanza niveles alarmantes, se aprovisiona de armas en Estados Unidos. Desde el comienzo del año han matado a dos periodistas: uno en Guatemala y el otro en Honduras. Intentaban informar sobre esa realidad.
En otros lugares de América Latina los estragos del narcotráfico y el paramilitarismo privan de sentido a algunos principios constitucionales, que se consideraba logrados. A este respecto Colombia es otro reto importante. Igual que ya han pedido algunos parlamentarios norteamericanos, Reporteros sin Fronteras quiere que se revise la financiación del Plan Colombia de lucha contra la droga, en proporción a los esfuerzos realizados por las autoridades de Bogotá en favor de los derechos humanos. Demasiadas connivencias peligrosas y declaraciones irresponsables del presidente Alvaro Uribe han puesto en peligro, y empujado al exilio, a algunos periodistas que no gozaban de sus favores. Hollman Morris, productor del programa “Contravía” en el público Canal Uno, testimonió recientemente ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en el Congreso, en Washington.
El último de los casos es el de Cuba, único país del continente que carece de instituciones democráticas, y en el que 23 periodistas figuran en la lista de los cerca de 200 presos políticos. Reporteros sin Fronteras ya se pronunció a favor del levantamiento del embargo impuesto a la isla desde 1962, que no ha tenido más efecto que castigar al pueblo cubano al tiempo que reafirmaba al régimen de La Habana en su actitud represiva con los disidentes. Reporteros sin Fronteras aprueba las medidas de flexibilización del embargo que ha tomado la nueva administración norteamericana.
En 2008, en el momento del acceso de Raúl Castro a la presidencia, Cuba firmó dos pactos de Naciones Unidas relativos a los derechos humanos. El compromiso adquirido ante la comunidad internacional no se ha traducido en actos, sino todo lo contrario. Corresponde ahora a los países de América Latina, que quieren que Cuba se sume al proceso de integración regional, poner condiciones claras para el cumplimiento de dicho objetivo. Reporteros sin Fronteras espera que la cuestión de las libertades en Cuba sea objeto de un debate y que los gobiernos presentes en la cumbre adopten resoluciones concertadas. El respeto de la soberanía de un país no impide en modo alguno recordarle las obligaciones que él mismo ha decidido asumir.
La libertad de prensa y la libertad de expresión, logradas en todas las Constituciones de América Latina, ganarían en consistencia si todos los Estados adaptaron su legislación a los principios de la Convención Interamericana de los Derechos Humanos. Un reto que, entre otras cosas, pasa por la despenalización de los delitos de “difamación”, “injurias”, “calumnia” y “desacato”, que México consiguió en 2007 y ahora se está debatiendo en Uruguay. En otras partes esos delitos pueden a veces castigarse con penas de cárcel, y la legislación favorece que se produzcan abusos de poder. Ya es hora de terminar con la herencia de las dictaduras militares. Argentina está en ello con una nueva ley de radiodifusión, que va a democratizar el espacio audiovisual.
La libertad de prensa, pilar de la democracia, adopta a veces un tono crítico que algunos gobernantes toleran muy mal. La “guerra mediática”, que en ocasiones ha sido responsabilidad de algunos medios, como ocurrió en Bolivia o Venezuela, no justifican el que se desconfíe de toda la prensa en nombre de cualquier ideología, sea la que sea.
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20.01.2016