Tres años exactamente antes de que comiencen los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, unos representantes de Reporteros sin Fronteras han entregado una carta y algunas peticiones al COI, en Lausana. La organización ha pedido a Jacques Rogue, presidente del COI, que influya sobre el gobierno chino, que continúa reprimiendo las voces disidentes y vigilando a los periodistas chinos y extranjeros.
Dentro de tres años exactamente comenzarán en Pekín los Juegos Olímpicos de verano 2008. Miles de periodistas de todo el mundo acudirán a la capital china, para cubrir ese acontecimiento planetario. Pero la fiesta del deporte se verá estropeada por la falta de libertad de prensa en China Popular, y la feroz represión de las autoridades para con las voces disidentes.
Hoy, 8 de agosto de 2005, dos representantes de Reporteros sin Fronteras han acudido a la sede del Comité Olímpico Internacional (COI), en Lausana (Suiza), para entregar una carta dirigida a Jacques Rogue, presidente del COI, y una petición firmada por 4.000 personas, pidiendo a los países miembros del COI que presionen a China Popular para que haya mayor libertad de expresión.
"El COI tiene la responsabilidad de influir en la política del gobierno chino para con los periodistas chinos y extranjeros. Una renuncia en este punto crucial representaría un fracaso histórico en la historia de los JJOO", ha asegurado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras.
En varias ocasiones, Reporteros sin Fronteras ha pedido una cita con Jacques Rogue para comentar estos puntos, pero nunca ha recibido respuesta.
El COI no cesa de felicitarse por los avances de las obras en las infraestructuras de Pekín 2008. En cambio, no ha hecho ninguna declaración pública preocupándose por la falta de libertad de expresión, que podría perjudicar el trabajo de la prensa, y la necesaria transparencia, durante la fiesta olímpica. Peor aún, un alto responsable del COI defendió recientemente sin ambages las fuertes restricciones impuestas por China Popular a los medios de comunicación, en nombre del derecho de todos los países a tener "una política de comunicación específica".
Los miles de firmantes de la petición -una carta titulada "China: medalla de oro de las violaciones de los derechos humanos"- afirman, entre otras cosas: "Teniendo en cuenta las masivas violaciones de los derechos humanos en China me parece inaceptable, e incluso peligroso, conceder al gobierno chino la organización de la más prestigiosa fiesta deportiva".
China Popular es la mayor cárcel del mundo para los periodistas, ciberdisidentes e internautas. Cerca de un centenar de ellos se encuentran encarcelados, y frecuentemente condenados a penas muy graves, por haberse expresado libremente sobre temas tales como la democracia, la corrupción o la situación de las minorías.
Las autoridades chinas siguen sin respetar su compromiso con el COI de dejar trabajar libremente a los periodistas extranjeros. Además de los centenares de sitios informativos extranjeros bloqueados, la seguridad pública vigila a los corresponsales extranjeros y no duda en detener, amenazar o golpear a quienes violan la sacrosanta "Guía de los corresponsales que trabajan en China".
Así, en julio de 2005 dos periodistas, una norteamericana y un japonés, que trabajan en el canal BBC World Service, fueron detenidos, desnudados e interrogados por la policía, cuando investigaban sobre la masacre de campesinos cometida por unos secuaces de los especuladores de tierras, a tan solo unos pocos kilómetros de Pekín.
En agosto de 2004, unos policías chinos golpearon a algunos fotógrafos de la prensa extranjera, durante un partido de fútbol en Pekín. Ninguno de los policías fue sancionado.
Más en general, la libertad de movimiento de los periodistas extranjeros está restringida. Tienen que pedir autorización antes de salir de Pekín. ¿En estas condiciones quiere el COI que puedan trabajar los periodistas, antes y durante los Juegos Olímpicos?
Desde que, en julio de 2001, se concedieron los Juegos Olímpicos 2008 a Pekín, no ha cesado la represión contra los movimientos disidentes y las minorías étnicas o religiosas. Las autoridades chinas acosan a quienes podrían sentir la tentación de estropear la "fiesta". En algunas provincias del país continúan las ejecuciones públicas en los estadios. Por eso, Reporteros sin Fronteras continúa llamando al boicot de los JJOO de 2008...