¿Por qué Reporteros sin Fronteras no adopta el código de conducta sobre la responsabilidad de las empresas del sector de Internet que trabajan en países represivos?
Organización:
Tras dos años de discusiones, Reporteros sin Fronteras ha decidido no firmar el código de conducta sobre la responsabilidad de las empresas del sector de Internet que trabajan en países represivos. Sin embargo, la organización se alegra de que algunas empresas lo adopten y aplaude el importante trabajo que han llevado a cabo los participantes en la elaboración de esos principios, que han sido empresas, ONG's e investigadores.
Según la organización, los principios del código de conducta no garantizan una protección suficiente de la libertad de expresión en Internet, si bien son un primer paso importante en la toma de conciencia de la responsabilidad que tienen las empresas en el ejercicio de la censura en el extranjero.
“Porque Yahoo! obedeció las leyes locales, proporcionando los datos personales del personales del periodista Shi Tao, le condenaron a diez años de cárcel. A pesar de los nuevos principios, podría volver a producirse un caso similar”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Shi Tao, periodista del diario Dangdai Shang Bao (Las Noticias del Comercio Contemporáneo), fue condenado el 30 de abril de 2005 a diez años de cárcel por enviar un documento oficial sobre la masacre de la Plaza de Tiananmen, de junio de 1989, al responsable de un sitio de Internet con sede en el extranjero. Los datos que la empresa norteamericana Yahoo! facilitó al gobierno chino permitieron detenerle.
“Seguiremos muy de cerca la aplicación de estos principios y hemos dicho a los participantes que estamos dispuestos a intervenir en determinadas cuestiones, si nuestra experiencia puede ser de alguna utilidad. Hace varios años que vigilamos atentamente la libre circulación de la información por Internet, y seguiremos denunciando a quienes le pongan trabas”, ha añadido Reporteros sin Fronteras.
La organización está preocupada por algunos de los puntos de esos principios, que pueden resultar dañinos para la libertad de expresión. Reporteros sin Fronteras lamenta entre otras cosas que no hayan encontrado respuesta satisfactoria las cuestiones relativas a una evaluación externa del respeto de dichos principios.
Reporteros sin Fronteras apoya la GOFA desde que fue presentada por el diputado norteamericano Christopher Smith, en febrero de 2006. Ese texto enmarca la actividad de las empresas norteamericanas del sector de Internet que firman acuerdos con regímenes represivos, y les proporciona alternativas jurídicas para no convertirse en cómplices de los mencionados gobiernos contra la libertad de expresión.
Según la GOFA, cada una de las solicitudes enviadas a una empresa norteamericana será sometida al criterio del gobierno norteamericano, para impedir que los gobiernos autoritarios -que encarcelan disidentes y defensores de los derechos humanos-puedan acceder a los datos personales de sus clientes.
Las empresas norteamericanas deberán también dar muestras de transparencia y enviar información sobre el eventual filtrado que apliquen a un Observatorio de la Libertad de Expresión en Internet, encargado de definir la estrategia del gobierno norteamericano en la promoción de la libre circulación de la información por Internet, y tomar nota de las violaciones.
La GOFA fue aprobada por el Comité de Asuntos Exteriores en octubre de 2007, y ahora espera ser votada en la Cámara de Representantes norteamericana.
En julio de 2008, el diputado europeo Jules Maaten se inspiró en el proyecto de la GOFA para presentar, a la Unión Europea, un proyecto de directiva a fin de prevenir la colaboración de las empresas del sector de Internet con los gobiernos represivos.
Los principales puntos de preocupación son: -1- Las leyes locales siguen siendo leyes de referencia, incluso si violan las normas internacionales sobre los derechos humanos. Por eso, las empresas pueden hacerse cómplices de la censura en Internet ejercida en algunos países, que disponen de múltiples leyes para reducir a los disidentes al silencio. -2- Difícilmente las empresas pueden poner a prueba a los gobiernos cuando les piden que faciliten los datos personales de sus clientes. Los gobiernos no tienen obligación de explicar por escrito los motivos de sus demandas. -3- Las empresas pueden establecer colaboración (joint ventures, fusiones, etc.) con socios locales que no respeten dichos principios. Por eso, pueden derogar el código de conducta negando su responsabilidad en la censura de filiales locales, como hizo Yahoo! con Alibaba, su socio chino. -4- Los clientes no tienen ninguna garantía de que las empresas vayan a intentan reducir el almacenamiento de datos, y no saben cuanto tiempo pueden guardar sus datos confidenciales, para difundirlos si fuera necesario. -5- No están garantizadas la independencia e imparcialidad de los expertos encargados de vigilar el respeto a esos principios. |
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25.01.2016