El periodista radiofónico Edwin Alberto Moreno Mújica se ha visto obligado a interrumpir sus actividades, tras recibir amenazas de muerte. Reporteros sin Fronteras esta indignada con este nuevo caso, que pone de manifiesto la degradación generalizada de la libertad de prensa en el país.
Reporteros sin Fronteras está una vez más indignada al saber que un periodista colombiano ha tenido que interrumpir sus actividades, tras haber sido el blanco de amenazas de muerte, serias y repetidas. Edwin Alberto Moreno Mújica ha tenido que huir de la región de Arauca (noreste del país), donde ejercía, por participar en una campaña de críticas contra un cargo local.
"Este caso viene a sumarse a la ya demasiado larga lista de atentados cometidos contra los periodistas en Colombia, donde no parece que se haga nada para protegerles y garantizar la libertad de prensa", ha declarado la organización que está sorprendida por las recientes declaraciones del vicepresidente colombiano, Francisco Santos, acusando a la prensa de "servir de caja de resonancia al terrorismo". "Esa declaración resulta profundamente chocante cuando sabemos que los periodistas colombianos se ven diariamente expuestos al fuego cruzado del ejército, los paramilitares y los guerrilleros, por el único motivo de hacer su trabajo", ha concluido la organización.
Edwin Alberto Moreno Mújica, responsable del programa "Informativo 88.3" de la emisora local 88.3 Tame Fm Stereo, en el Departamento de Arauca, se hizo ampliamente eco del movimiento "Dignidad por Tame", que milita en pro de revocar al alcalde del pueblo. Según la Fundación para la Libertad de Prensa en Colombia, las amenazas de muerte están directamente relacionadas con esa postura editorial.
El 12 de enero, Edwin Alberto Moreno Mújica recibió una llamada telefónica de un desconocido, que le dijo: "Cállate o te callaremos nosotros". Dos días más tarde, le llegó otro mensaje: "Esta es una segunda advertencia, la tercera te pondrá en gran peligro".
El 10 de febrero, el periodista solicitó también que se creara en Tame una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA), con el fin de desmovilizar a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que controlan el territorio. Según la Federación para la Libertad de Prensa en Colombia, esta intervención le hizo temer aun más por su vida.