Multiples abusos de la Policía contra periodistas: los responsables deben ser sancionados
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El 23 de Octubre 2012, Ana María García, fotógrafa para el diario El Tiempo, fue agredida por un oficial de la Policía sin razón aparente. Mientras cubría un accidente de tránsito en el TransMilenio al norte de Bogotá, un agente la arrojó al suelo para neutralizarla. La periodista resultó herida en la mano derecha. El General Luis Eduardo Martínez, comandante de la Policía de Bogotá, pidió disculpas públicamente en nombre de la institución, calificando el hecho de "lamentable y execrable" y aseguró que una investigación ya estaba en curso. También se comprometió a comunicar las sanciones que tomarán "a más tardar el 30 de Noviembre".
"Nos da satisfacción la reacción del comandante Martínez y estaremos a la espera de los resultados de la investigación. Sin embargo, esta agresión gratuita no es sino la más reciente de una serie de abusos policiales cometidos en varias regiones del país durante las últimas semanas, en el contexto de las negociaciones de paz con las FARC y de la movilización masiva de la sociedad civil. Cada vez que hubo agresión, las víctimas denunciaron. Al igual que en el caso de Ana María, la Policía debe realizar las investigaciones disciplinarias correspondientes y sancionar a los responsables lo antes posible. El Estado tiene la obligación de garantizar la libertad de información y la protección de los periodistas. La ley de seguridad ciudadana no debe ser una excusa para impedir las marchas ciudadanas y realizar detenciones arbitrarias, o peor aún, para agredir a los periodistas", declaró Reporteros sin Fronteras.
El 12 de Octubre de 2012, al finalizar las movilizaciones masivas y pacíficas de la "Semana Nacional de la indignación", muchos periodistas, así como los defensores de los derechos humanos han sido víctimas de la barbarie policial. El bloguero independiente italiano Giorgio Sabaudo filmaba las actividades de varios colectivos de jóvenes que caminaban desde la localidad de Kennedy hasta la plaza de Bolívar en Bogotá, cuando la Policía lo subió en un camión con otras 37 personas. Fue puesto en libertad solamente a las 4 de la tarde después de la intervención del Defensor del pueblo. Ernesto Mercado, periodista de El Turbión, estaba cubriendo la represión policial contra los manifestantes de la localidad de Bosa, cuando agentes sin sus números de identificación obligatorios golpearon con palos su cámara, destruyendo así todo su equipo. A Guillermo Castro, periodista de la publicación en línea Macarenazoo, su carné de prensa le fue confiscado por la Fuerza pública, al negarse a entregarles sus grabaciones. Por último, el periodista Camilo Aguilera, miembro del Centro de Medios Popular, grababa imágenes de enfrentamientos en la Plaza de Bolívar, cuando la Policía arrojó gases lacrimógenos y una de las cápsulas lo golpeo hiriéndolo en el rostro. Inmediatamente fue conducido al hospital de Kennedy.
Dos días después, el 14 de Octubre, fue Jefferson Murillo, fotógrafo de 24 años para el canal regional de televisión Cali TV quien resultó herido por una bala de la Policía en un barrio de la ciudad de Córdoba. Fue trasladado al hospital y allí lo operaron del pulmón y del bazo. El periodista, durante su día de descanso, terminó por coincidencia asistiendo a una simple pelea callejera entre los habitantes del barrio y la Policía. Al ver que situación se empeoraba, comenzó a filmar la escena con su teléfono celular. Haciendo caso omiso de la advertencia de uno de los agentes de policía él continuó grabando las imágenes hasta que de repente escuchó tres disparos y cayó al suelo gravemente herido por una de las balas.
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20.01.2016