El sábado 7 de octubre, el mismo día en que Reporteros sin Fronteras inauguraba el Memorial de los Reporteros, construido para rendir homenaje a los periodistas que han muerto en el mundo desde 1944, asesinaron a tres periodistas, dos en Afganistán y uno en Rusia. “Los asesinatos de nuestros colegas tienen que hacer comprender a la comunidad hasta qué punto es urgente actuar para garantizar la protección de los reporteros”, ha declarado la organización
El sábado 7 de octubre, el mismo día en que Reporteros sin Fronteras inauguraba el Memorial de los Reporteros, construido para rendir homenaje a los periodistas muertos en el mundo desde 1944, mataron a tres periodistas, dos en Afganistán y uno en Rusia.
Nos sentimos absolutamente abrumados por esta nueva tragedia. El Memorial de Bayeux tiene como objetivo recordar que todos los años matan a decenas de periodistas por querer informarnos. El asesinato de nuestros colegas, el mismo día de la inauguración, tiene que servir para que la comunidad internacional comprensa hasta qué punto es urgente hacer algo para garantizar la protección de los reporteros. Nosotros escribimos frecuentemente a los gobiernos para alertarles sobre la suerte de los periodistas. Por otra parte, en agosto escribimos al presidente afgano, Hamid Karzai, para recordarle la violencia que sufren los profesionales de los medios de comunicación en su país. Ha llegado el momento de pasar de las palabras a los actos para que no vuelvan a producirse los macabros actos que hoy hemos conocido”, ha declarado la organización.
A dos periodistas alemanes, un hombre y una mujer, que trabajaban en la radio alemana Deutsche Welle, les mataron en la noche del viernes al sábado unos hombres armados con AK-47. Se encontraban durmiendo en una tienda en la provincia de Baghlan, al norte de Kabul, e iban de camino hacia el histórico lugar de Bamiyán. No les robaron sus efectos personales.
Anna Politovskaya, reportera del periódico independiente Novaya Gazeta, resultó abatida el sábado en su apartamento del centro de Moscú. Era muy conocida por su postura crítica hacia el presidente Vladimir Putin, y por sus reportajes sobre Chechenia. En 2004, en el momento de la toma de rehenes en Beslán, la periodista tuvo que ser conducida al hospital, a causa de un envenenamiento alimenticio, cuyo origen pudo ser intencionado.
Anna Politovskaya participó en diciembre de 2005 en una conferencia sobre la libertad de prensa, organizada por Reporteros sin Fronteras en Viena. Aquel día, dijo en su intervención: “Hay personas que a veces pagan con su vida el manifestar lo que piensan en voz alta. También te pueden matar solo por transmitir informaciones. No soy la única que está en peligro. Tengo ejemplos que lo prueban”.