Tras el asesinato del periodista que hace el número cuatro desde el comienzo del año, Reporteros sin Fronteras ha pedido a la presidenta Gloria Macapagal-Arroyo investigaciones ejemplares sobre los dos últimos asesinatos, y ha expresado su temor de que se mantenga el clima de impunidad.
Arnel Manalo, corresponsal del diario Bulgar y de la radio DZRH, fue abatido el 5 de agosto de 2004 en Bauan (a 80 km. al sur de Manila, en el centro del país). Se trata del cuarto periodista asesinado en Filipinas en lo que va de año.
Por otra parte, el 31 de julio murió Roger Mariano, presentador del programa "Roger en Acción" de la radio privada DZJC-Akyson, a consecuencia de unos disparos en San Nicola (provincia de Illicos, al este del país).
En un correo dirigido a la presidenta Gloria Macapagal-Arroyo, Reporteros sin Fronteras condena con firmeza los asesinatos y pide "que se pongan a disposición de la investigación todos los medios necesarios para identificar a los autores, y a los autores intelectuales". La organización ha manifestado su temor de que "el clima de impunidad se mantenga en Filipinas, si la investigación y el trabajo de la justicia no conducen rápidamente a la condena de los culpables". En 2003 mataron a siete periodistas en el país.
El 5 de agosto, el periodista Arnel Manalo fue abatido por unos desconocidos, probablemente dos, que circulaban en una moto, cuando regresaba a su domicilio en compañía de su hermano, Apollo Malano. Según la policía, éste no se encuentra en condiciones de identificar a los asaltantes y declaró no tener conocimiento de que su hermano hubiera recibido amenazas.
Otro periodista, el presentador de radio Roger Mariano, fue abatido el 31 de julio, hacia las 20 horas. Unos desconocidos le dispararon varias veces. Su cuerpo, acribillado por una decena de balas, apareció en una carretera nacional que va a San Nicola.
Roger Mariano abordó en su programa muchos temas sensibles para Filipinas. Entre otras cosas, denunció los abusos de las autoridades locales en la represión del "jueteng", un juego clandestino en Filipinas.
El año 2003 ya estableció un triste record: mataron a siete periodistas en el país, el mayor número desde la instauración de la democracia en 1986. Algunos de los asesinos fueron detenidos, pero no se molestó a ninguno de los autores intelectuales.