Reporteros sin Fronteras pide al gobierno que adopte todas las medidas necesarias en favor de Miguel Ramírez y la redacción del diario El Comercio. Víctima de amenazas de muerte y denuncia calumniosa, el periodista ha dedicado más de diez años a investigar a Fernando Zevallos, el más conocido de los narcotraficantes del país.
Reporteros sin Fronteras hace un llamamiento a las autoridades gubernamentales, y en particular al Ministro del Interior, para que extremen la vigilancia tras las recientes amenazas de muerte dirigidas a Miguel Ramírez, del diario El Comercio, de Lima. Aparte de las advertencias telefónicas, el 22 de febrero el periodista fue acusado de “extorsión” por Luis Dávila, denunciado y encarcelado por tráfico de droga y acusado de estar a sueldo del jefe de cartel Fernando Zevallos.
“Miguel Ramírez lleva más de diez años investigando las actividades de Fernando Zevallos. El hecho de que ahora se encuentre en la cárcel no impide que sus redes sigan funcionando. Atreverse a atacar el tema del narcotráfico resulta peligroso para los periodista. La situación de Miguel Ramírez, y con él la de la redacción de El Comercio, exige la mayor vigilancia de parte de las autoridades gubernamentales competentes. Esperamos que la justicia aclare rápidamente esas acusaciones de ‘extorsión', claramente esgrimidas para desacreditar al periodista”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
“Después de tiempo he vuelto a sentir que me están vigilando otra vez”, dijo Miguel Ramírez a Reporteros sin Fronteras el 27 de febrero de 2008, refiriéndose a los narcotraficantes. Cinco días antes, el periodista recibió dos llamadas telefónicas en la sede del periódico, advirtiéndole que “el próximo descuartizado será el perro Ramírez”. El periodista estableció inmediatamente una relación entre las amenazas de muerte y el descubrimiento, dos semanas antes, de dos cadáveres desmembrados. Una de las víctimas era primo de un testigo de cargo - por otra parte encarcelado - contra Fernando Zevallos, ex propietario de la compañía de aviación Aerocontinente y sospechoso de ser el más poderosos de los jefes de carteles de droga en el país.
En la mañana del 22 de febrero Miguel Ramírez se encontraba en Huamanga, en la región de Ayacucho (Sudoeste), donde tenía que entrevistar en la cárcel a Luis Dávila, un hombre acusado de trabajar por cuenta de Fernando Zevallos. Luis Dávila, que había prometido a Miguel Ramírez declarar en contra del jefe del cartel, se retractó finalmente cuando llegó el periodista y, delante de dos agentes penitenciarios, le acusó de intentar extorsionarle dinero. Llamado al lugar, el fiscal Oscar Núñez manifestó que no había nada que apoyara esa acusación. “Era una celada tendida por el narcotráfico, no tengo ninguna dudas que se trata de una celada”, ha confiado Miguel Ramírez a la organización.
Desde 1995 el periodista investiga el caso Zevallos. En 2004 ya recibió amenazas de muerte, y denuncias por “extorsión”. En 2007, la Corte Suprema de Perú confirmó la condena de Fernando Zevallos a veinte años de cárcel, por “tráfico de drogas” y “lavado de dinero”.