El 26 de marzo, en Montevideo, unos desconocidos robaron a Eduardo Preve, del Canal 10, unos documentos confidenciales que había recibido tres días antes. Los documentos confirmarían que los servicios secretos uruguayos y chilenos continuaron con sus prácticas subterráneas hasta bastante después del final de las dictaduras. Reporteros sin Fronteras hace un llamamiento al gobierno.
A Eduardo Preve, periodista de investigación del canal informativo Canal 10, le robaron, el 26 de marzo en Montevideo, unos importantes documentos confidenciales del ejército, que había recibido tres días antes. Reporteros sin Fronteras espera un auténtico compromiso del gobierno en la resolución de este sospechoso robo.
"El escaso tiempo que los documentos estuvieron en manos de Eduardo Preve hace suponer su carácter comprometido para la institución militar a que se refieren. Acaso el ejército está dividido entre partidarios de la trasparencia y partidarios del secreto? Si es éste el caso, tiene que intervenir el gobierno y aclarar las prácticas del ejército, y de los servicios de inteligencia, durante y después de la dictadura militar. Por otra parte, las condiciones del robo resultan más que sospechosas, y no creemos que baste con investigar la denuncia presentada por Eduardo Preve. Esperamos, en el caso de que aparezcan, que se restituyan los documentos al periodista, en nombre de la necesaria lucha por la verdad", ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Colaborador del diario El Observador y periodista del Canal 10, Eduardo Preve investigó ampliamente sobre las relacciones entre los ejércirtos y los servicios secretos de los países unidos en el Plan Cóndor (acuerdo de intercambio de informaciones y presos políticos, firmado en 1975 por seis dictaduras militares de América del Sur), en los años 70. El periodista reveló también que hubo relacciones subterráneas mucho después del regreso de las democracias, durante la década de los 80, y que algunos responsables de violaciones de los derechos humanos, o testigos clave, fueron trasladados a otros países, para escapar a la justicia en los suyos. Entre otras cosas, Eduardo Preve actualizó el caso del químico chileno Eugenio Berríos, colaborador de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), evacuado en 1991 a Uruguay, por mediación de los servicios de inteligencia de ambos países, y asesinado en 1993. Tres militares uruguayos están todavía a la espera de ser extraditados, a petición de la justicia chilena, por su presunta participación en el asesinato.
El 23 de marzo, a Eduardo Preve le entregaron unos documentos que, según él, corroboraban la hipótesis de que en 1993 y 1994 los militares uruguayos concedieron protección a unos contumaces chilenos, y no solamente a los tres inculpados en el caso Berrios. "Se trataba, por una parte, de copias de notas internas del ejército uruguayo, relativas a la coordinación de actividades con servicios extranjeros de inteligencia, especialmente chilenos. Por otra parte, estaban los nombres y direcciones de testigos clave que estuvieron en contacto con un civil chileno -hijo de un alto responsable de la dictadura-, escondido en Uruguay con la complicidad de los militares de ambos países, pare que no tuviera que comparecer ante la justicia chilena", ha explicado el periodista a Reporteros sin Fronteras.
El 26 de marzo, al volver a su casa por la noche, Eduardo Preve dejó los documentos en el coche, aparcado delante del inmueble. Según el diario Brecha, el periodista no temía por la seguridad de los documentos. En efecto, dos policías hacen guardia permanentemente en el inmueble situado frente al suyo, donde vive uno de los hijos del Presidente de la República, Tabaré Vásquez. Siempre según Brecha, el dispositivo de vigilancia era de cuatro policías, dos de ellos motorizados, la noche del robo. A pesar de su presencia, uno o varios desconocidos forzaron la puerta del acompañante del vehículo, e incluso seleccionaron los documentos que querían llevarse.
Eduardo Preve lo ha denunciado a la policía. "Es evidente que algún grupo de personas, mezcladas en esas operaciones de inteligencia entre Uruguay y Chile, no quieren que ahora salga esta información. Sobre todo, porque en los documentos aparecen nombres nuevos", ha confíado el periodista a Reporteros sin Fronteras.