Reporteros Sin Fronteras y la Red Damoclès hacen público un informe inédito de investigación tras la sospechosa muerte, el 21 de junio de 2002, de Leila Baissetova, de 25 años, hija de la periodista de la oposición kazaka Lira Baissetova. Teniendo en cuenta las explicaciones proporcionadas por la policía y la justicia, Reporteros Sin Fronteras y la Red Damoclès creen que la versión que han dado las autoridades resulta poco convincente, y está plagada de contradicciones.
Reporteros Sin Fronteras y la Red Damoclès hacen público un informe inédito de investigación tras la sospechosa muerte, el 21 de junio de 2002, de Leila Baissetova (foto), de 25 años, hija de la periodista de la oposición kazaka Lira Baissetova. Teniendo en cuenta las explicaciones proporcionadas por la policía y la justicia, Reporteros Sin Fronteras y la Red Damoclès creen que la versión que han dado las autoridades resulta poco convincente, y está plagada de contradicciones.
El 16 de junio de 2002, cuando se encontraba en situación de custodia vigilada por posesión ilícita de estupefacientes, la joven fue hospitalizada en estado de coma. Murió cinco días más tarde. Según la versión oficial, se suicidó a causa del mono.
Reporteros Sin Fronteras y la Red Damoclès se preguntaron acerca de la relación existente entre este deceso y la actividad profesional de Lira Baissetova. Por ello, ambas organizaciones enviaron rápidamente una misión de investigación a Almaty (al sudeste de Kazasktán), para aclarar las circunstancias del drama. Durante la misión, el representante de Reporteros Sin Fronteras y de la Red Damoclès intentó describir con precisión los acontecimientos ocurridos antes de la muerte de la joven.
Su madre, Lira Baissetova, ex redactora jefe del periódico de oposición Respublika 2000, acababa de publicar en el diario SolDat, una entrevista con el ex procurador de Ginebra, Bernard Bertossa, en la que le confirmaba la existencia de cuentas bancarias en Suiza a nombre de varios altos responsables kazakos, entre ellos el presidente Nursultán Nazarbaiev. Ella afirmaba que, en varias ocasiones, fue víctima de múltiples presiones -ataques físicos, amenazas telefónicas- tras sus investigaciones sobre la corrupción de la clase política en Kazakstán.
Reporteros Sin Fronteras y la Red Damoclès se han comprometido a seguir el caso. Ambas organizaciones han propuesto, entre otras cosas, y de acuerdo con los deseos de la parte civil, la ayuda de expertos en medicina legal y en toxicología independientes, con el fin de que se efectúe un contra-expertizaje, tras la exhumación del cuerpo.