Hu Jia lleva dos meses detenido : Reporteros sin Fronteras pide a las autoridades que escuchen los llamamientos para su liberación

Reporteros sin Fronteras permanece movilizada cuando se cumplen dos meses de la detención de Hu Jia. La organización pide que el militante de los derechos humanos quede en libertad rápidamente, mientras se multiplican las protestas por su encarcelamiento, en China y en el extranjero. Su esposa, hija y allegados continúan bajo vigilancia policial.

El 27 de febrero de 2008 hará dos meses que la seguridad pública de Pekín tiene detenido al militante de los derechos humanos Hu Jia. Está inculpado de incitar a la subversión del poder del Estado y su esposa, Zeng Jinyan, y su hija de tres meses, continúan bajo la estrecha vigilancia de la policía política. "La detención e inculpación de Hu Jia, una auténtica provocación cuando faltan pocos meses para el inicio de los JJOO de Pekín, han suscitado vivas protestas en China y en el extranjero. De momento, las autoridades de Pekín siguen sordas a los llamamientos en favor de su libertad pero esperamos que el gobierno termine por reaccionar, como hizo con Ching Cheong y Yu Huafeng. Es imperativo que, antes del inicio de los JJOO, salgan en libertad todos los periodistas y ciberdisidentes", ha manifestado la organización. Varios miles de internautas han firmado ya la petición en favor de Hu Jia en el sitio de Reporteros sin Fronteras: http://www.rsf.org/article.php3?id_article=25198 El abogado de la familia de Hu Jia pudo visitarle recientemente, en el centro de detención de la seguridad pública donde está internado, en Pekín. A pesar de algunos rumores que hablan de una próxima liberación del militante nada indica, según sus allegados, que las autoridades renuncien a juzgarle. El pasado 21 de febrero su esposa, Zeng Jinyan, de nuevo autorizada a usar el teléfono móvil, habló en Radio Free Asia. Para su sorpresa, el 17 de febrero pudo visitar a su marido en la cárcel. El abogado y persona cercana a la pareja Teng Biao ha declarado que la movilización internacional en favor de Hu Jia y su familia ha provocado una reacción en las autoridades chinas, que aparentemente han aligerado las medidas de aislamiento de la pareja. Sigue habiendo policías en la entrada de su inmueble, se han instalado cámaras de vigilancia y un grupo de policías está permanentemente encima de su apartamento. La joven está sometida a escuchas y ha confiado que le da miedo a responder a las peticiones de entrevistas, sobre todo de la prensa extranjera. Según ella, la policía podría negarse a que viera a Hu Jia, o a que saliera de su casa. A mediados de febrero pudo acceder a su apartamento un reportero extranjero. Le confirmó que está enormemente preocupada por Hu Jia, cuya salud es muy frágil. Por su parte Li Fangping, abogado de Hu Jia, expresó el 21 de febrero su perplejidad ante el desarrollo del proceso. "Da la impresión de que va a haber que esperar a que se dicte la sentencia para poder acceder a los documentos y piezas del caso", indicó. Finalmente, la policía sigue vigilando a varias personas cercana a la pareja. Así, el 28 de enero la policía le confiscó el pasaporte a Teng Biao, y le aconsejó que no intente visitar a Zeng Jinyan. A las 15 horas del 27 de diciembre de 2007 una veintena de policías irrumpió en el domicilio de Hu Jia en Pekín, donde se encontraban su mujer, Zeng Jinyan, y su hija de 6 semanas. Los policías cortaron la conexión a Internet y los teléfonos, y luego detuvieron a Hu Jia. Otros agentes permanecieron en la casa para impedir que Zeng Jinyan avisara a sus allegados. Le enseñaron una orden de detención de su marido, por "incitación a la subversión del poder del Estado".
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Updated on 20.01.2016