Pese al reducido tamaño del país, el mercado de los medios esloveno es diverso. El segmento audiovisual está formado por la corporación pública RTV Slovenija y cadenas privadas, como POP TV. Los medios digitales incluyen cabeceras tradicionales como Delo y Vecer, pero también más recientes, como Necenzurirano.si. En los últimos años, se han desarrollado medios sin ánimo de lucro, como Ostro o Pod crto. Los medios bajo control directo de un partido político son escasos.

Aunque el gobierno del primer ministro Robert Golob no es abiertamente hostil a los medios y a los periodistas, la presión política sigue estando presente, especialmente a través de campañas de descrédito en las redes sociales que lideran algunos políticos de la oposición. Tras la marcha del ex primer ministro Janez Jansa (2020-2022) –que insultaba frecuentemente a los periodistas que consideraba demasiado críticos– los intentos del gobierno de cuestionar la independencia de los medios públicos han cesado.

La libertad de prensa está protegida por un marco jurídico sólido. La independencia del ente público de radiodifusión RTV Slovenija se ha visto reforzada por la reforma de sus órganos de dirección, promovida por el gobierno de Robert Golob. No obstante, la difamación no ha sido despenalizada, lo que permite que los políticos emprendan acciones judiciales abusivas, conocidas como “procesos mordaza” (SLAPPs), contra los medios. Algunos también han sufrido maniobras de acoso judicial para revelar sus fuentes. Durante la pandemia de Covid-19, los periodistas críticos con el gobierno sufrieron un acceso discriminatorio a la información pública. 

Aunque la publicidad y la monetización de contenidos representan una parte importante de los ingresos de los medios, su financiación se ve debilitada por un reparto opaco de la publicidad institucional. La radiotelevisión pública RTV Slovenija ha sufrido una fuerte presión económica por las malas decisiones comerciales adoptadas por sus anteriores directivos así como por el estancamiento del canon con el que se financia. La amenaza de extinción planea sobre la prensa escrita por el elevado coste del papel y de la imprenta. La falta de transparencia sobre la propiedad de los medios, heredada de una privatización poco regulada, amenaza la independencia de algunas redacciones. 

Los periodistas que investigan asuntos de corrupción o la gestión de la pandemia de Covid-19, son objeto de hostigamientos en Internet y por parte del ex primer ministro. Las mujeres periodistas sufren amenazas especialmente violentas. La confianza en los medios públicos, como RTV Slovenija, ha crecido gracias a la aplicación de la nueva ley sobre la gobernanza de la corporación pública y, por consiguiente, al nombramiento de un nuevo equipo de dirección.

En un contexto de polarización política de la sociedad, agravado por la retórica agresiva de algunas formaciones políticas, varios periodistas han sufrido ataques e insultos, si bien las agresiones físicas no son habituales.