El gobierno celebra el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos deteniendo a disidentes

Reporteros sin Fronteras lamenta la detención de varios disidentes chinos que se disponían a celebrar el 60 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 2008. "Podría esperarse que, en la víspera del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, las autoridades chinas pusieran en libertad a algunos disidentes, y entre ellos a Hu Jia. Por el contrario, asistimos a una oleada de detenciones y amenazas. Es lamentable. Pedimos su libertad y aplaudimos el valor de los defensores chinos de los derechos humanos, que acaban de poner en marcha la Carta 8", ha manifestado la organización. En Pekín, la policía política detuvo en la noche del 8 de diciembre, en su domicilio, a Liu Xiaobo, célebre defensor de la libertad de expresión, así como a Zhang Zuhua, a quien dejó en libertad algunas horas más tarde. Las autoridades cortaron sus teléfonos y las conexiones a Internet. Unos policías registraron sus domicilios y confiscaron ordenadores y documentos personales. Según la familia de Liu Xiaobo, éste continúa detenido por la policía. El 4 de diciembre la policía detuvo a Chen Xi, Shen Youlian y Du Heping, tres militantes de los derechos humanos residentes en la provincia de Guizhou (Sur). Un grupo de militantes de los derechos humanos de la provincia tiene previsto organizar, el 10 de diciembre, un foro ciudadano sobre los derechos humanos. Más de trescientos intelectuales y militantes de los derechos humanos han firmado, y difundido por Internet, la "Carta 8", un texto en el que piden reformas democráticas en China. La Carta se ha elaborado siguiendo el modelo de la que, en 1977, difundieron los disidentes checoslovacos. Según la organización CHRD, la policía ha interrogado y amenazado a otros varios firmantes de la "Carta 8". Liu Xiaobo, galardonado con el Premio Reporteros sin Fronteras 2004, antiguo profesor de filosofía en la Universidad de Pekín, tiene una idea fija: hacer de la prensa china un contrapoder a la omnipotencia del Partido Comunista Chino.