Reporteros sin Fronteras está preocupada por las amenazas de muerte que, el 28 de septiembre de 2006, recibieron Joaquín Morales Solá, del diario La Nación, y Jorge Fontevecchia, del diario Perfil. Un tercer periodista, Carlos Furman, lleva tres meses encerrado en un hotel. Estos episodios se han producido en un clima, que se ha vuelto detestable, entre la prensa y el gobierno de Néstor Kirchner.
Reporteros sin Fronteras está muy preocupada por las amenazas de muerte que, tras manifestar su oposición al gobierno de Néstor Kirchner, recibieron el 28 de septiembre de 2006, en Buenos Aires, Joaquín Morales Solá, editorialista político del diario La Nación, y Jorge Fontevecchia, director de la editorial de Perfil (propietaria del diario del mismo nombre). A la organización le preocupa igualmente la suerte de Carlos Elías Furman, de la emisora de radio 2 de Octubre, quién el pasado 10 de junio fue el blanco de un atentado con disparos, después de que revelara un caso de corrupción local. Desde hace tres meses, el periodista vive en un hotel de Santa Elena (provincia de Entre Ríos, Noreste).
“Evidentemente no podríamos imputar al gobierno, y a sus funcionarios, la responsabilidad de estas amenazas e intimidaciones. Sin embargo, la actitud de la administración Kirchner para con la prensa ha contribuido a crear un clima detestable, que fácilmente puede incitar a cualquiera a arreglar sus cuentas con la prensa, con toda impunidad. Sería bueno que el propio presidente Kirchner condenara solemnemente estos atentados a la libertad de expresión, como lo han hecho algunos parlamentarios, incluso de su partido. Por otra parte, el desigual reparto del maná publicitario público concedido a los medios de comunicación, la falta de conferencias de prensa en la Casa Rosada o el hecho de que el presidente en ejercicio haya acusado personalmente a un periodista, ponen de manifiesto que existe una concepción autoritaria y reductora del papel de la prensa. El gobierno de Néstor Kirchner no puede defender esta concepción y a la vez pretender luchar contra las secuelas, todavía vivas, de la dictadura militar”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
El 28 de septiembre de 2006, Joaquín Morales Solá, editorialista del diario La Nación, recibió dos llamadas anónimas en su oficina. En la primera le advertían: “Esto es solo el principio”. Tres horas más tarde le llegó una segunda llamada: “La próxima, la sentirás en tu cuerpo”. Las amenazas tuvieron lugar al día siguiente de que el presidente Néstor Kirchner acusara públicamente al periodista; según él, Joaquín Morales Solá habría publicado en 1978, en el diario Clarín, un artículo elogioso del dictador Jorge Videla, entonces en el poder.
El mismo día, Jorge Fontevecchia recibió amenazas similares, tras haber criticado severamente a la administración Kirchner en el diario Perfil y la revista Noticias. El primer mensaje decía: “Esto no es más que el principio, deja de perjudicar al gobierno nacional. ¿Conoces la historia del padre que perdió a su hijo? Sabemos todo de ti, si no cambias vas a sufrir mucho por sus familiares”. Las amenazas procedentes de la dirección "
[email protected]" eran aún más macabras: “¡Qué casa tan bonita! Sería una pena que explotara una bomba en ella”.
Jorge Fontevecchia reprodujo en sus artículos las diatribas, contra los medios de comunicación, del presidente Néstor Kirchner y su entorno. Entre otras cosas, denunció el desigual reparto de la publicidad oficial como medio de presión, o de represalia, contra una prensa considerada indócil. El jefe del Estado continúa negándose a organizar la menor conferencia de prensa en la Casa Rosada.
Recluido desde hace tres meses en un hotel de Santa Elena, una localidad de la provincia de Entre Ríos, y obligado a llevar chaleco antibalas, Carlos Elías Furman, de la emisora de radio 2 de Octubre, había denunciado la mala gestión del alcalde de la ciudad, Domingo Daniel Rossi, miembro del Partido Justicialista (peronista, en el poder), que poco antes fue condenado por “enriquecimiento ilícito” y condenado a tres años de cárcel, con la sentencia en suspenso, y a no poder ser elegido durante ocho años. El político había apelado. El pasado 29 de mayo, justo antes del juicio de Domingo Rossi, Carlos Furman fue agredido por un desconocido, quien le advirtió: “Si sigues cabreando a Rossi vamos a matarte”. El 10 de junio hicieron tres disparos a la fachada de su casa que, en aquel momento, afortunadamente estaba vacía. El periodista, que ha decidido abandonar la profesión, intenta ahora exiliarse en Israel.