Detenido el principal sospechoso del asesinato de Raúl Gibb Guerrero
La policía mexicana tiene a un sospechoso en la investigación sobre la muerte de Raúl Gibb Guerrero (foto), director del diario La Opinión, asesinado el 8 de abril en el Estado de Veracruz (Este). Se trata de Martín Rojas, líder de una banda local implicada en un caso de tráfico de carburante quien, un año antes, intentó comprar el silencio de la víctima.
Raúl Gibb Guerrero, director del diario La Opinión asesinado el 8 de abril de 2005 en el Estado de Veracruz (Este), un año antes había sido víctima de un intento de corrupción. Según el periódico digital Crónica, unos miembros de la banda local "Los Chupaductos" visitaron al periodista en su redacción con el fin de conseguir, previo pago, que el periódico no publicara una serie de artículos sobre un caso de contrabando de gasolina, en el que estaban implicados. El dinero ofrecido procedía de ese tráfico. Este precedente, establecido en el marco de la investigación llevada a cabo por el Ministerio Federal de Justicia, hace de Martín Rojas, líder de los "Chupaductos", el principal sospechoso en el asesinato del periodista. Los abogados de Rojas pagaron una fianza a cambio de su libertad condicional. Los investigadores están siguiendo otras dos pistas: la del narcotráfico y la de Julio Domínguez, director del periódico El Noroeste, que había lanzado amenazas contra Raúl Gibb Guerrero. ________________________________________________________ 11.04.2005 - Asesinado el director del diario regional La Opinión
Reporteros sin Fronteras manifiesta su indignación por el asesinato de Raúl Gibb Guerrero, director del diario regional La Opinión, ocurrido el 8 de abril de 2005 en Papantla (Estado de Veracruz, este del país). "En una semana, la prensa mexicana ha padecido tres ataques de una gravedad extrema. La desaparición de Alfredo Jiménez Mota, redactor del diario El Imparcial en el Estado de Sonora, el 2 de abril; el intento de asesinato de Guadalupe García Escamilla, de la radio Estéreo 91 XHNOE, el 5 de abril en Nuevo Laredo (estado de Tamaulipas), y la muerte de Raúl Gibb Guerrero, significan un nuevo deterioro de la situación de los periodistas en el país. La plaga del narcotráfico amenaza directamente a la libertad de prensa. Ante este contexto de envergadura nacional, las autoridades federales tienen que reaccionar, luchando contra el crimen organizado y garantizando la protección de los medios de comunicación. Demasiadas encuestas efectuadas a nivel local han llevado a callejones sin salida, alimentando un clima de impunidad que no puede continuar", ha manifestado Reporteros sin Fronteras en una carta dirigida al Ministro Federal de Justicia. Raúl Gibb Guerrero, director del diario La Opinión, que se difunde al norte del Estado de Veracruz, fue asesinado el 8 de abril hacia las 21,30 horas, a 200 metros de su domicilio, al que estaba llegando. El periodista recibió siete disparos -tres en la cabeza, tres en el abdomen y uno en el brazo izquierdo-, a una distancia de unos dos metros, según los primeros elementos de la investigación. Según algunos testigos, cuatro hombres dispararon quince veces, desde dos automóviles que seguían al de la víctima. El vehículo de Raúl Gibb Guerrero se salió de la calzada y se aplastó contra el arcén. El método de la ejecución lleva la impronta de los asesinos a sueldo profesionales. Según la agencia Associated Press (AP), el fiscal encargado del caso, José Luis Santiago Vasconcelos, apunta ya la hipótesis del narcotráfico, muy activo en el Estado de Veracruz. La Opinión dedicó frecuentes artículos a este tema, e incluso publicó uno la víspera del asesinato. Hace un año, el periódico investigó también sobre los robos y el tráfico de carburante, en perjuicio de la compañía petrolera nacional Petróleos Mexicanos. Un empresario local, hoy denunciado por evasión fiscal, tuvo que poner fin a sus actividades. A pesar de que sus funciones de director de La Opinión le valieron muchas enemistades, Raúl Gibb Guerrero nunca pidió protección personal. Raúl Gibb Guerrero es el primer periodista al que matan en México, desde el comienzo del año. A tres de sus colegas les asesinaron en 2004.