Reporteros sin Fronteras acaba de recibir notificación de la prohibición de asistir a la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (SMIS), cuya próxima reunión se celebrará en diciembre, en Ginebra. Esta surrealista decisión es consecuencia de la suspensión de la asociación, durante un año, en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas
Pierre Gagné, director ejecutivo de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (SMIS), acaba de notificar a Reporteros sin Fronteras, asociación de defensa de la libertad de prensa, la prohibición de asistir a la Cumbre, que se celebrará en Ginebra, en el mes de diciembre. Esta surrealista decisión es consecuencia de la suspensión de la asociación, durante un año, de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Reporteros sin Fronteras esta indignada por esta absurda prohibición. "Excluir del SMIS a una asociación de defensa de la libertad de prensa es un hecho grave, y de graves consecuencias, por parte del director ejecutivo del SMIS", se rebela Robert Ménard, secretario general de la asociación. "A la vista de este tipo de decisiones, que contravienen los más elementales principios de la libertad de expresión ¿cómo puede esperar la ONU seguir conservando una onza de credibilidad?", añade.
Conviene recordar que Reporteros sin Fronteras fue suspendida de la Comisión de Derechos Humanos a petición de los regímenes más represivos de la libertad de prensa, por haber criticado enérgicamente que la presidencia de la Comisión se pusiera en manos de una representante de Libia.
La próxima Cumbre Mundial de la Información es un acontecimiento crucial, en el plano de la libertad de expresión. Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos ya han manifestado sus temores sobre el proyecto de declaración que podrían adoptar, en diciembre, los países miembros de la ONU. Las dictaduras, y otros regímenes represivos, pretenden aprovechar esa cumbre para someter la difusión de la información en las redes a algunas medidas de control y censura. Los textos en preparación permitirían, entre otras cosas, subordinar la libertad de prensa en Internet a las "legislaciones de cada país".
En un contexto así, la prohibición de acceder al SMIS, hecha a una asociación de defensa de la libertad de expresión, no puede por menos que alarmar a los defensores de la libertad. Continúa la farsa onusiana de los derechos humanos.