Del 11 al 16 de septiembre de 2006 se celebra en La Habana la decimocuarta Cumbre del Movimiento de los No-alineados, del que simultáneamente Cuba asume la presidencia rotatoria. Reporteros sin Fronteras recuerda que la mayoría de los países predadores de la libertad de prensa forman parte del Movimiento que, sin embargo, preconiza el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
A partir del 11 de septiembre de 2006 Cuba asume, durante tres años, la presidencia giratoria del Movimiento de los No-alineados (MNOAL), que durante cinco días celebra en La Habana su decimocuarta Cumbre. En la capital de la isla se esperan, del 11 al 16 de septiembre y con la asistencia del Secretario General de la ONU, Kofi Annan, , cincuenta jefes de Estado o de gobierno, 3.000 delegados de 116 países miembros (que muy pronto serán 118, cuando se produzca la adhesión de Haití y Saint-Kitts y Nevis), y representantes de varios países observadores, como China.
Reporteros sin Fronteras quiere en esta ocasión recordar que se van a desplazar a La Habana varios jefes de Estados famosos por su desprecio de la libertad de prensa y el pluralismo, como el iraní Mahmud Ahmadinejad, el paquistaní Pervez Musharraf o el vietnamita Nguyen Minh Triet, y que allí les recibirá otro predador de la libertad de expresión, en la persona de Fidel Castro. Esta cumbre no debe servir de tapadera a algunos gobiernos, para quienes los desequilibrios Norte-Sur justifican la dictadura, la opresión y la ausencia de Estado de derecho. La organización subraya igualmente que “la protección y promoción de los derechos humanos” se cuentan entre los objetivos fijados en el proyecto de documento final que, en el transcurso de la cumbre, se someterá a la aprobación de los países miembros.
“Los jefes de Estado o Gobierno reafirmaron la significativa importancia conferida por el Movimiento a la promoción y protección de los derechos humanos y el compromiso de cumplir las obligaciones de promover el respeto universal, y la observancia y protección de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos en correspondencia con la Carta de la ONU, otros instrumentos relativos a los derechos humanos pertinentes y la ley internacional”, se lee en el párrafo 193-1 del proyecto, aprobado el 30 de mayo de 2006 en Putrajaya (Malasia).
Desgraciadamente, podemos esperar que países como Irán, Uzbekistán, Zimbabue, Libia o Belarús, rubriquen una promesa que no piensan mantener; sin olvidar a Cuba que, en tanto que presidente del Movimiento, debería vigilar para que se cumpliera. Lógicamente, la referencia a la carta de Naciones Unidas y a las leyes internacionales, con que se adornan estos países, les obliga frente a la ONU y la comunidad internacional. Esperamos que el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, sepa recordárselo.
Ya en la víspera de la cumbre, las autoridades cubanas han transmitido una mala señal, al poner los medios para limitar la cobertura del acontecimiento, expulsando a algunos periodistas extranjeros. Cuba sigue siendo, después de China, la segunda cárcel del mundo para los periodistas, con 23 presos procedentes de la profesión.
El Movimiento de los No-alineados nació en 1961 en Belgrado, impulsado por el mariscal yugoslavo Tito, con el objetivo de agrupar a los países que, en la época de la guerra fría, se negaban a aliarse con Estados Unidos o con la URSS.