Reporteros sin Fronteras publica su quinta clasificación mundial de la libertad de prensa. « Los periodistas norcoreanos, eritreos, turcomanos, cubanos, birmanos o chinos, pagan con su vida o su libertad el hecho de querer informarnos. También estamos preocupados por la lenta, pero constante degradación de la situación en Estados Unidos, Francia y Japón », ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Reporteros sin Fronteras hace pública hoy su quinta clasificación mundial de la libertad de prensa. Mientras que los países más represivos siguen siendo los mismos, otros Estados se colocan a la cabeza de la clasificación, con frecuencia pasando por delante de las democracias occidentales.
“Desgraciadamente no cambia nada entre los peores predadores de la libertad de prensa en el mundo. Los periodistas norcoreanos, eritreos, turcomanos, cubanos, birmanos o chinos, pagan con su vida o su libertad el hecho de querer informarnos”, ha declarado Reporteros sin Fronteras. “Esas situaciones son extremadamente graves y es urgente que los dirigentes de esos Estados acepten la crítica, y dejen de reprimir sistemáticamente, y de la forma más violenta, a los medios de comunicación”.
“Todos los años hay países del hemisferio Sur que ganan posiciones y se colocan delante de algunos Estados europeos, o de Estados Unidos. Es una buena noticia que una vez más prueba que, incluso siendo muy pobres, algunos países pueden mostrarse particularmente respetuosos de la libertad de expresión. Nos inquieta en cambio, y hasta niveles muy altos, la lenta pero constante degradación de la situación en Estados Unidos, Francia y Japón”, ha añadido la organización.
El trío infernal de la libertad de expresión (Corea del Norte, posición 168 y última - Turkmenistán, 167 - Eritrea, 166), ha endurecido aun más el tono. La muerte por torturas, en la cárcel, de la periodista turcomana Ogoulsapar Mouradova ha puesto de manifiesto que el presidente vitalicio, Separmourad Niazov, puede usar una violencia extremada con quienes se atreven a criticarle. Reporteros sin Fronteras manifiesta igualmente su enorme preocupación con respecto a la suerte de algunos periodistas eritreos, encarcelados en secreto desde hace ahora más de cinco años. Y el todopoderoso Kim Jong-il mantiene su absoluta dominación sobre la prensa norcoreana.
Siguen siendo todavía, y manteniéndose, algunos países del Norte de Europa los que continúan ganando esta carrera de la libertad de expresión. En Finlandia, Irlanda, Islandia y Holanda, que encabezan ex aequo la clasificación, no hemos tenido conocimiento de ningún caso de censura y, naturalmente, de ninguna amenaza, intimidación ni represalia psíquica.
Descenso de Estados Unidos y Japón; Francia también pierde puntos
Estados Unidos (53) ha descendido nueve posiciones en relación con el año pasado. En 2002, cuando Reporteros sin Fronteras inició su clasificación, Estados Unidos estaba situado en el puesto 17. Se ha deteriorado netamente el ambiente entre la prensa y la administración del presidente George W. Bush desde que éste, invocando la seguridad nacional, considera sospechoso a cualquier periodista que cuestione su “guerra contra el terrorismo” El celo de la justicia federal que, al contrario que 33 Estados de la Unión no reconoce a la prensa el privilegio del secreto de las fuentes, amenaza incluso a periodistas cuyas investigaciones no tienen nada que ver con los casos de terrorismo. Por negarse a entregar sus archivos de vídeo, el periodista independiente y blogger Josh Wolf fue enviado a la cárcel. Por otra parte, agravan el balance la detención sin cargos, desde el 13 de junio de 2002, en la base militar de Guantánamo, del camarógrafo sudanés de Al-Jazira Sami Al-Haj, y la del fotógrafo de Associated Press Bilal Hussein, en Irak, desde el 12 de abril de 2006.
Francia (35) ha perdido cinco puestos desde el año pasado, y veinticuatro en cinco años. La multiplicación de registros en medios de comunicación y el sometimiento de periodistas a examen es un asunto que preocupa realmente a las organizaciones profesionales, y a los sindicatos. A varios de ellos les agredieron o amenazaron durante el conflicto sindical generado por la privatización de la SNCM, en Córcega, y en las violentas manifestaciones en los suburbios franceses, en noviembre.
El restrictivo sistema de los clubes de prensa (kisha clubs) y el crecimiento del nacionalismo amenazan algunos de los logros de la democracia, y hacen retroceder a Japón (51) catorce posiciones. El periódico Nihon Keizai sufrió un atentado y varios periodistas fueron agredidos por grupúsculos de extrema derecha (uyoku).
Las consecuencias del asunto de las “caricaturas de Mahoma”
La primera víctima de ese asunto, Dinamarca (19), ha perdido su puesto de líder a causa de las graves amenazas proferidas contra los autores de las caricaturas del profeta Mahoma, en el otoño de 2005. Por primera vez en los últimos años, en este país donde se respetan mucho las libertades fundamentales, algunos periodistas han tenido que ser puestos bajo protección policial, a causa de las amenazas debidas a su trabajo.
Después, Yemen (149) ha perdido trece puestos, a causa de la detención de varios periodistas y el cierre de medios de comunicación que publicaron los dibujos daneses. Otros profesionales de la prensa fueron detenidos, por idénticas razones, en Argelia (126), Jordania (109), Indonesia (103) e India (105).
En cambio, con excepción de Yemen y Arabia Saudí (161), todos los Estados de la península arábiga han experimentado una fuerte subida en la clasificación. Kuwait (73) conserva su puesto de líder del mundo árabe, justo delante de los Emiratos Arabes Unidos (77) y Qatar (80).
Los recién llegados al club de los países respetuosos de la libertad de expresión
Por primera vez hay dos países que aparecen entre los veinte primeros. Bolivia (16) es el primer Estado del hemisferio Sur. A lo largo del último año, los periodistas bolivianos han disfrutado de una libertad comparable a la de sus colegas austriacos o canadienses. Bosnia-Herzegovina (19) continúa su lenta subida, desde la guerra en la ex Yugoslavia. Ahora este país se comporta mejor que algunos de sus vecinos miembros de la Unión Europea, como Grecia (32) o Italia (40).
Bien clasificada igualmente, Ghana (34) se sitúa en la cuarta posición del continente africano, detrás de los tres habituales de la cabeza de esta lista: Benín (23), Namibia (26) e Isla Mauricio (32). La prensa ghanesa sigue trabajando en difíciles condiciones económicas, pero ahora se ha desembarazado de cualquier tipo de amenaza de las autoridades.
Finalmente, Panamá (39) disfruta un contexto político tranquilo y sereno, propicio para el desarrollo de un ambiente mediático libre y dinámico. El país ha ganado cerca de treinta puestos, con relación al pasado año.
La guerra, enterrador de la libertad de prensa
En cinco años, Líbano ha pasado del puesto 56 al 107. Víctima en 2005 de un serie de atentados, y en 2006 de los ataques israelíes, la prensa libanesa continúa sufriendo la execrable situación política de la región. Los medios de comunicación libaneses - que se encuentran entre los más libres y más experimentados del mundo árabe - necesitan, de manera crucial, un contexto sosegado y garantías de seguridad. La incapacidad del gobierno de la Autoridad Palestina (134) para mantener la estabilidad en los Territorios, y el comportamiento de Israel fuera de sus fronteras (135), amenazan gravemente el ejercicio de la libertad de expresión en Oriente Medio.
La situación es más o menos la misma en Sri Lanka. Clasificado en el puesto 51 en 2002, en tiempos de paz, el país se encuentra este año en la posición 141, cuando se han reanudado los combates entre las fuerzas armadas y los rebeldes. Decenas de periodistas tamules han sido víctimas de la violencia después de que uno de los beligerantes les acusara de apoyar al campo contrario.
El estado de la libertad de prensa en Nepal (159) fluctuó, en la misma medida que el conflicto que sacude al país desde hace varios años. La “revolución democrática”, en el pasado abril, tuviera como consecuencia inmediata un renacimiento de las libertades fundamentales en el país. Nepal debería por tanto experimentar una fuerte subida en la próxima clasificación de Reporteros sin Fronteras.
Cambios de régimen saludables
A veces, los cambios en la cabeza del Estado resultan saludables para la libertad de prensa. Haití ha pasado del puesto 125 al 87 en dos años, tras la marcha al exilio del ex presidente Jean-Bertrand Aristide, a principios de 2004. Ahora la violencia contra los medios ha bajado de intensidad, a pesar de que varios asesinatos de periodistas continúan impunes.
Togo (66) ha ganado 29 puestos tras la muerte, en febrero de 2005, de Gnassingbé Eyadèma, la llegada de su hijo a la cabeza del poder y los esfuerzos de reconciliación, llevados a cabo con la participación de la oposición y apoyados por la comunidad internacional.
Finalmente, en Mauritania, el golpe de Estado del mes de agosto de 2005 terminó con la censura que hasta entonces se abatía sobre la prensa local. En el lugar 138 en 2004, el país ocupa ahora la posición 77, llevando a cabo una de las remontadas más importantes en esta clasificación.
Para establecer esta clasificación, Reporteros sin Fronteras ha pedido que respondan a un cuestionario de 50 preguntas, que permiten evaluar la situación de la libertad de prensa en un país, a sus organizaciones colaboradoras (14 asociaciones de defensa de la libertad de expresión, dispersas en los cinco continentes), su red de 130 corresponsales, periodistas, investigadores, juristas o militantes de los derechos humanos. En ella aparecen 168 naciones; las demás están ausentes por falta de información.