Con un panorama mediático atrofiado por el régimen de Maduro, ¿quién va a cubrir las elecciones presidenciales en Venezuela?

Medios prohibidos, un pluralismo inexistente y periodistas en el exilio. En vísperas de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 28 de julio en Venezuela, Reporteros Sin Fronteras (RSF) advierte de que el panorama informativo ha quedado totalmente atrofiado bajo la presidencia de Nicolás Maduro, que aspira a un tercer mandato. RSF insta a las autoridades del país a permitir que los periodistas venezolanos y extranjeros cubran los comicios, que no pueden ser democráticos si no se respeta el derecho a la información.

Las imágenes de los medios hablan por sí solas: mientras atrae a multitudes en todo el país, la líder de la oposición, María Corina Machado, quien tiene prohibido presentarse a las elecciones presidenciales, es completamente invisible en las cadenas de televisión de Venezuela. Sin embargo, a pesar de esta censura, el candidato elegido para reemplazarla, el diplomático Edmundo González Urrutia, poco conocido por el gran público, lidera los sondeos difundidos ampliamente en el país.

La evidencia es irrefutable: los dos mandatos de Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, han supuesto una auténtica hecatombe para el periodismo independiente y el pluralismo mediático. Según el censo elaborado por  Espacio Público, ONG venezolana en defensa de la libertad de expresión, más de 200 emisoras de radio y más de una decena de canales de televisión han visto interrumpida su señal, desde 2016, por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones, debido a emisiones consideradas subversivas por el Gobierno. En cuanto a la prensa, desde el inicio de la presidencia de Maduro, más de un centenar de cabeceras han dejado de publicarse como consecuencia del monopolio de papel e insumos de impresión que el Estado asumió en 2013, según el Instituto Prensa y Sociedad Venezuela (IPYS). Los medios digitales tampoco se han librado de este desastre: sólo entre enero y octubre de 2023, el gobierno de Maduro bloqueó el acceso a 48 sitios web de noticias, según el proyecto Venezuela sin Filtro, que registra los casos de censura en Internet.

Privados de su trabajo o de recursos para ejercer su profesión, los periodistas han abandonado el país de forma masiva. El pasado mes de marzo, la Asociación de Periodistas Venezolanos en el Exterior (APEVEX) cifraba en un millar los profesionales de la información en el exilio. Los periodistas y medios extranjeros también han sido objeto regularmente de expulsiones o de prohibiciones de entrada en Venezuela durante los últimos años. En 2017, cuando el país estaba sumido en plena crisis política tras la victoria de la oposición en las elecciones legislativas, RSF ya denunciaba la expulsión o devolución de 20 periodistas en apenas unos meses. El canal alemán de televisión Deutsche Welle (DW) en español está censurado desde el pasado mes de marzo.

"En Venezuela, la campaña para las elecciones presidenciales se está desarrollando en un clima de censura. En una década, el régimen de Nicolás Maduro se ha esforzado por apuntalar la hegemonía del Estado en el panorama mediático, al tiempo que ha reducido el espacio para el periodismo independiente. RSF pide al gobierno venezolano que garantice el ejercicio del periodismo, especialmente durante este periodo electoral. No puede haber elecciones democráticas si se prohíbe a la oposición el acceso a los medios. Dado que el Parlamento se ha negado a invitar a una misión de la Unión Europea para observar el correcto desarrollo de las elecciones del 28 de julio, es vital que los periodistas extranjeros puedan viajar a Venezuela para cubrir las elecciones sin correr el riesgo de ser detenidos o expulsados del país.

Artur Romeu
director de la oficina de RSF en América Latina

Cada vez más zonas de silencio

La desaparición masiva de medios en los últimos años ha sumido a los habitantes de las regiones más remotas en auténticos agujeros negros informativos. Según un mapa elaborado en 2023 por el Instituto Prensa y Sociedad (YPIS), una ONG que monitorea la libertad de prensa en el país, más de siete millones de venezolanos - el 21% de la población- tienen un acceso insuficiente a fuentes locales de información. Cerca del 30% de la población se informa esencialmente a través de los canales gratuitos de televisión, que cubren cada vez menos temas de interés general, como la política y la economía, debido a la censura que ejerce el Estado.

Actualmente, el periodismo independiente se concentra casi por completo en la esfera digital. Sin embargo, muchas de estas iniciativas luchan por sobrevivir, ya que dependen en gran medida de modelos de financiación basados en la filantropía y la cooperación internacional. La dificultad de acceso de gran parte de la población a una conexión de Internet estable y de calidad también merma la capacidad de estos medios para ampliar su audiencia, al igual que los repetidos bloqueos de portales de noticias por parte del gobierno.

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