Cincuenta días de acoso judicial para Oscar Mario González Pérez

Reporteros sin Fronteras está muy preocupada por la situación de Oscar Mario González Pérez, de la agencia de prensa independiente Grupo de Trabajo Decoro, detenido desde el 22 de julio en La Habana, que continúa en espera de juicio cincuenta días después de su detención. “Oscar Mario González ha pasado por cuatro comisarías diferentes desde que le detuvieron y todavía no sabe qué suerte va a correr. ¿Se trata de un nuevo método de las autoridades cubanas para hacer que un disidente se desmorone? Tan absurdo como una detención sin un motivo válido, el procedimiento es un auténtico acoso; y más aun porque se está ejerciendo sobre un hombre de 61 años, frágil de salud. Una vez más pedimos la libertad sin condiciones de Oscar Mario González Pérez, así como la de todos los disidentes injustamente encarcelados”, ha declarado Reporteros sin Fronteras. El 22 de julio fue detenido Oscar Mario González, junto con otros 33 disidentes, en la víspera de una manifestación, prevista delante de la Embajada de Francia, contra la “normalización” de las relaciones entre la Unión Europea y Cuba. Veinticuatro de los detenidos quedaron en libertad, y entre los nueve retenidos a tres se les ha aplicado la ley 88 del 15 de marzo de 1999, de “protección de la independencia nacional y la economía de Cuba”: Oscar Mario González Pérez, el abogado René Gómez Manzano y el militante político Julio César López. Los tres podrían ser condenados a penas que llegan hasta los 20 años de cárcel. El 27 de julio, un juez de La Habana notificó a Oscar Mario González la apertura de su proceso, aunque sin precisar la fecha. Desde su detención, el periodista ha sido trasladado desde una unidad de la policía nacional revolucionaria, en el barrio de San Agustín, a tres comisarías de la policía nacional sucesivamente, en los sectores de Marianao, La Lisa y 10 de Octubre. Según un despacho de la agencia Cubanet, fechado el 8 de septiembre, Mirtha Wong, esposa de Oscar Mario González Pérez, ha declarado que su marido ha perdido seis kilos desde que le internaron en la celda, y que no consigue dormir. Sin embargo, en una reciente visita, pudo entrevistarse con él y entregarle cosas para leer.