Reporteros sin Fronteras pide al Alto Representante de la Unión Europea para la PESC que hable con Alvaro Uribe Vélez, de gira por Europa, sobre las consecuencias que el estatuto antiterrorista puede tener sobre el secreto de las fuentes, y la impunidad generalizada que disfrutan los asesinos de la información, en ese país.
Señor Don Javier Solana
Alto Representante de la Unión Europea
para la política exterior
y la seguridad común
Bruselas - Bélgica
París, 6 de febrero de 2004.
Señor Alto Representante,
A tres días de su encuentro con el presidente colombiano, Alvaro Uribe Vélez, Reporteros sin Fronteras quiere llamar su atención sobre los graves problemas a los que está enfrentada la libertad de prensa en Colombia.
Nuestra organización está preocupada, en primer lugar, por las consecuencias que puede tener para el secreto de las fuentes el estatuto antiterrorista, aprobado en diciembre de 2003. Entre otras cosas, ese texto confiere a los militares el poder de proceder, sin mandato judicial, a detenciones, registros, escuchas telefónicas e interceptación de la correspondencia privada de personas sospechosas de tener relación con actividades terroristas. La falta de cualquier control judicial abre la puerta a los abusos. Si debieran aplicarse a los periodistas que trabajan sobre los grupos armados, esas disposiciones amenazarían el secreto de las fuentes y pondrían en cuestión la neutralidad de la prensa.
Reporteros sin Fronteras también está preocupada por el contenido del proyecto de ley de alternatividad penal, propuesto por el gobierno colombiano, en el marco de las desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC, grupos paramilitares). El texto ofrece a los milicianos, reconocidos culpables de atrocidades y que aceptaran entregar las armas, quedar en libertad vigilada o pagar una multa. Pero esos grupos armados nunca han dejado de considerar a los periodistas como un objetivo. En 2001, Carlos Castaño, jefe de las AUC, declaró: "No puedo aceptar que el periodismo se convierta en un arma al servicio de uno de los actores de este conflicto". Esos grupos paramilitares han matado a más de la mitad de los 23 periodistas asesinados desde 1999. En un país en el que la impunidad explica la repetición de las violencias contra la prensa, una ley así solo puede animar a los asesinos de la información.
Finalmente, en 2003 volvió a ser muy grave el balance de los atentados a la libertad de prensa en Colombia: mataron a cinco periodistas, secuestraron, amenazaron o agredieron a cerca de sesenta, y más de una veintena se vieron obligados a abandonar su región, en incluso el país. Ya han matado a un periodista en 2004, y han secuestrado y torturado a una de sus colegas. En consecuencia, le pedimos que intervenga con Uribe Vélez, para que su gobierno haga de la lucha contra la impunidad una prioridad, con el fin de sacar al país de la espiral de violencia. Deberían dotarse de medios suplementarios las investigaciones sobre los asesinatos y las agresiones de periodistas. Reporteros sin Fronteras considera que Colombia no tendrá paz mientras no se protege ni se respete el derecho de la sociedad a estar informada.
Seguros de que usted no permanecerá insensible a nuestra llamada, le agradecería que nos mantuviera informados del desarrollo de su entrevista y le ruego que acepte, Señor Alto Representante, la expresión de mi mayor consideración.
Robert Ménard
Secretario general