Carta abierta a George W. Bush en la víspera del paso de la antorcha olímpica por San Francisco

Señor George W. Bush
Presidente de la República
Casa Blanca
Washington DC
París, 8 de abril 2008
Señor Presidente, En la víspera del paso de la antorcha olímpica por el territorio de Estados Unidos le pedimos que no asista, el 8 de agosto de 2008, a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. Es urgente que usted plantee a las autoridades chinas algunas condiciones para su participación en la ceremonia, que es el acontecimiento político de las olimpiadas. Si bien la solución no es que los atletas boicoteen los Juegos Olímpicos estamos convencidos de que, ante las crecientes y masivas violaciones de los derechos humanos en China y Tibet, es primordial que los jefes de Estado y de gobierno de los países democráticos amenacen con no acudir el 8 de agosto a Pekín. Varios presidentes y ministros, y entre ellos algunos de países aliados de Estados Unidos en Europa, ya han anunciado que no van a acudir a esa ceremonia inaugural. Como usted sabe, China no ha respetado las promesas que hizo en 2001, cuando fue elegida para organizar las próximas olimpiadas. Por el contrario, el gobierno reprime violentamente las manifestaciones tibetanas e impone un black-out total de la información. En el propio Pekín, al disidente Hu Jia acaban de condenarle, en un juicio expeditivo, a tres años y medio de cárcel. Ahora, Señor Presidente, si usted anuncia su intención de no acudir a Pekín el 8 de agosto las autoridades china no podrán ignorar vuestros llamamientos en favor de la libertad de los presos políticos, y del inicio de un diálogo sobre Tibet. Como usted sabe, la única mejora constatada en el terreno de la libertad de información era que, en enero de 2007, se mejoraron las reglas de trabajo impuestas a los periodistas extranjeros. Pero, el black-out sobre Tibet y la expulsión de los enviados especiales extranjeros, presentes en el lugar, han dejado la medida en muy mal estado. También le pedimos que intervenga con el Comité Olímpico Internacional para que, a su vez, se movilice. Es verdad que esa instancia, garante del espíritu olímpico, no es un instrumento político pero, ante las flagrantes violaciones de los derechos fundamentales, no puede seguir mostrándose tan pasiva. Reporteros sin Fronteras le recuerda que en China están encarcelados un centenar de periodistas, internautas y ciberdisidentes, simplemente por expresarse pacíficamente. Los periodistas chinos continúan trabajando siguiendo los diktats del Departamento de Publicidad (antiguo Departamento de Propaganda), que censura numerosos temas. El Estado mantiene un control general sobre la información y dispone de leyes autoritarias para castigar a los contraventores. Las acusaciones de “subversión”, “difusión de secretos de Estado” o “espionaje”, se utilizan con periodistas y ciberdisidentes. Los medios de comunicación independientes en chino con sede en el extranjero, y entre otros en Estados Unidos, están bloqueados, acosados o interferidos. Esperamos que el paso de la antorcha por San Francisco lleve a Estados Unidos a reafirmar su postura en favor de los derechos humanos en China Popular. Convencido de que tendrá en cuenta nuestras sugerencias le ruego, Señor Presidente, acepte la expresión de mi mayor consideración. Robert Ménard
Secretario general
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Updated on 20.01.2016