Carta abierta de Reporteros sin fronteras al presidente Hamid Karzai
Organización:
Señor Presidente,
Reporteros sin Fronteras, organización internacional de defensa de la libertad de prensa, está muy preocupada con la reciente oleada de atentados a la libertad de prensa en Afganistán. Desgraciadamente no se trata de actuaciones de individuos aislados, sino de hombres influyentes y de muy diversos horizontes políticos.
Los medios de comunicación juegan un papel primordial en el arraigo de la democracia en Afganistán. Nuestra organización aplaudió el fundamental papel que jugaron los medios en el buen desarrollo de las elecciones legislativas del 18 de septiembre de 2005.
En consecuencia, le pedimos que condene con firmeza esos ataques y adopte todas las medidas necesarias para la protección de los periodistas, y de sus medios. Igualmente le pedimos que intervenga en favor de la liberación de Abdul Qudoos, encarcelado desde hace más de siete meses a pesar de las evidentes pruebas de su inocencia.
Los atentados a la libertad de prensa se han intensificado durante las últimas semanas. Querríamos llamar su atención sobre varios casos, particularmente preocupantes.
El 11 de agosto de 2006 varios hombres armados entraron, por la noche, en los locales de la radio Isteqlal, en la provincia de Logar (este del país). Los asaltantes prendieron fuego al edificio, destruyendo así cerca de 50.000 dólares en material. Los guardias del edificio resultaron heridos por las llamas, cuando intentaban apagar el incendio. Según el Comité de Protección de los Periodistas Afganos (CPAJ), en el lugar de los hechos se encontraron varios ejemplares del Corán, y esa misma noche se habrían distribuido panfletos clandestinamente.
El 14 de agosto varios diputados de la Cámara Baja del Parlamento (Wolesi Jirga) atacaron verbalmente al canal de televisión Tolo TV, y abandonaron la Asamblea en señal de protesta por algunas imágenes difundidas por el canal, en las que aparecían diputados dormitando durante los debates. El señor de la guerra Abdul Rab Rasul Sayyaf acusó a Tolo TV de haber puesto en marcha una campaña para difamarle, y de haber organizado las recientes manifestaciones contra él, en el distrito de Paghman, en Kabul. Efectivamente, en julio, varios cientos de personas protestaron en contra de la apropiación ilegal de tierras por parte de Abdul Sayyaf. En una de esas manifestaciones, un equipo de Tolo TV fue agredido por doce hombres armados, y les robaron la cámara. Tolo TV y la Comisión Independiente para los Derechos Humanos en Afganistán (AIGRC), también acusada por Absul Sayyaf de conspiración, niegan las infundadas acusaciones del señor de la guerra.
Abdul Qudoos, periodista de la emisora Sada-e-Sulh (Vos de la paz), en la provincia de Parwan (este del país), se encuentra detenido desde hace más de siete meses sin que se haya podido aportar ninguna prueba contra él. Abdul Qudoos está acusado por la diputada Saima Sadaat de ser el origen del intento de asesinato perpetrado contra ella, poco antes de la inauguración del nuevo Parlamento afgano. La diputada justifica la acusación por la pertenencia del periodista a la radio Sada-e-Sulh cuya redactora jefe, Zakai Zaki, no era otra que su principal adversaria en las elecciones legislativas. Por otra parte, Saima Sadaat intentó cerrar la radio, a la que consideraba un instrumento de propaganda al servicio de sus adversarios políticos. La diputada no aportó ninguna prueba de sus alegaciones. En cambio, varios testigos afirman que, cuando se produjo el intento de asesinato, el periodista se encontraba en un taller de trabajo organizado por la ONG InterNews.
Finalmente, el 15 de agosto, Kamal Sadaat, corresponsal de la BBC en la provincia de Khost, fue agredido por diez hombres armados, cuando regresaba a su casa. Los asaltantes le golpearon y se apoderaron de su vehículo, la cámara de fotos, el ordenador portátil y otros bienes de valor.
Nuestra organización espera que usted ponga un interés especial en estos casos y que incite a su gobierno a consolidar un clima de trabajo sereno para los periodistas. La Constitución afgana protege la libertad de prensa, pero el clima de violencia contra los periodista pone en peligro algunos de los logros conseguidos, y empuja a los medios de comunicación a la autocensura.
Convencidos de que usted responderá a nuestros deseos le ruego, Señor Presidente, acepte la expresión de mi mayor consideración.
Robert Ménard
Secretario general
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Updated on
20.01.2016