Asia

Asia cuenta con la mayor parte de los diez países peor clasificados. Allí se dan, es cierto, una mayoría de dictaduras pero, por primera vez, Sri Lanka (165), un país donde el gobierno ha sido elegido, se clasifica especialmente mal. La prensa tiene que enfrentarse a una violencia que con demasiada frecuencia organiza el Estado. Al contrario, países arraigados en la democracia como Nueva Zelanda (7), Australia (28) o Japón (29), se encuentran entre los treinta primeros puestos. Con Canadá (13), Nueva Zelanda es el único país no europeo situado entre los veinte primeros lugares. En relación con 2007, algunas democracias jóvenes han experimentado progresos espectaculares. Las Maldivas (104) disponen ahora de una floreciente prensa independiente. Y los mismo ocurre en Bután (74), cuyos primeros medios de comunicación privados afirman poco a poco su singularidad. Por el contrario, Afganistán (156) se hunde, sobre todo a causa de la violencia llevada a cabo por los talibanes y los secuaces de los señores de la guerra, pero también por los representantes del Estado. Birmania (170), que ya estaba mal clasificada, retrocede aun más. La oleada represiva contra las manifestaciones de septiembre de 2007 no ha cesado nunca: han detenido o amenazado a decenas de periodistas, y la censura militar es feroz. En el Sudeste Asiático, Camboya (126) consigue un mal resultado tras el asesinato de un periodista, presumiblemente por encargo de un policía, y un reforzado control de los medios, en el momento de las elecciones legislativas. Igualmente, Vietnam (168) pierde seis puestos a partir del momento en que la represión se ha extendido a la prensa liberal, acusada de llegar demasiado lejos investigando la corrupción. Aunque en Pakistán (152) y Nepal (138) se han producido grandes cambios políticos, todavía no se han dejado sentir sus efectos sobre la libertad de prensa. En el primero de estos países, el cese del general Pervez Musharraf al frente del Estado tendría que haber beneficiado a la prensa, pero la guerra con los talibanes representa una amenaza aun más seria para los periodistas. La mala clasificación de Estados Unidos fuera del territorio norteamericano (119) se debe entre otras cosas a los abusos cometidos por su ejército en Afganistán. Un colaborador de una televisión canadiense permaneció varios meses arbitrariamente detenido, sin que le sometieran a ninguna forma de juicio. En cuanto a China (167) sigue estando muy mal clasificada, a pesar de los esfuerzos de muchos medios de comunicación por escapar al lastre de la censura, y del control policial. El importantísimo número de casos de detenciones, vigilancia y control informativo de la policía política y el Departamento de Propaganda, impiden una remontada significativa de la nueva potencia asiática.
Publié le
Updated on 20.01.2016