El 17 de junio fue abatido, cuando regresaba a su casa, el comentarista político Ely Binoya, conocido por la franqueza de sus crónicas en la emisora local Radyo Natin. Reporteros sin Fronteras pide a las autoridades filipinas que hagan todo lo necesario para detener y castigar de forma ejemplar a los responsables del crimen.
El jueves 17 de junio de 2004 fue abatido, cuando regresaba a su casa, el comentarista político Eliseo "Ely" Binoya, conocido por la franqueza de sus crónicas en la emisora local Radyo Natin. El periodista iba en un ciclomotor de la ciudad de General Santos a la de Malongon (sur del país) cuando dos personas, que también circulaban en ciclomotor, le dispararon tres balas en la espalda. Ely Binoya murió en el acto.
Reporteros sin Fronteras se siente profundamente conmovida por este asesinato y pide a las autoridades filipinas que hagan todo lo necesario para detener y castigar de forma ejemplar a los responsables del crimen. "Aunque en precedentes asesinatos de periodistas se detuvo a algunos secuaces, nunca se ha molestado a los autores intelectuales. Y de esta manera, la justicia filipina les permite continuar silenciando definitivamente las voces discordantes, con total impunidad", ha manifestado la organización en una carta dirigida al Ministro del Interior, José Lina. Reporteros sin Fronteras le ha pedido también que se encargue de que prosigan minuciosamente las investigaciones sobre los anteriores asesinatos de periodistas.
Ely Binoya era también director de la emisora Radyo Natin. Poco antes de su muerte se querelló, por agresión, contra tres personas relacionadas con el alcalde de Malongon, Teodorico Padernilla. En varias ocasiones el periodista denunció la corrupción del político. Los tres hombres que le agredieron el 7 de junio de 2004 son Kolot Padernilla, sobrino del alcalde, Bobot Toreta y un tal "Balong".
Cuando presentó la denuncia, Ely Binoya, de 49 años, declaró haber recibido amenazas de muerte, en varias ocasiones. El jefe de la policía de General Santos, Willie Dangane, anunció que los tres hombres mencionados en la denuncia están considerados como sospechosos, y se buscan activamente.
Es el segundo periodista asesinado en 2004, por sus actividades profesionales. El 11 de febrero, dos motoristas no identificados abatieron de varios disparos a Rowell Endrinal, de la emisora DZRC, en Legaspi (centro del país).
El año 2003 ya significó un triste record: en el país mataron a siete periodistas, el mayor número desde la instauración de la democracia en 1986.