Antorcha olímpica : Un documento confidencial del COI ignora la movilización internacional contra las violaciones de los derechos humanos
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Reporteros sin Fronteras ha conseguido la copia de un documento confidencial redactado por el servicio de comunicación del Comité Olímpico Internacional (COI), sobre el relevo de la antorcha. Fechado el 26 de marzo de 2008, o sea dos días después de la manifestación de Reporteros sin Fronteras durante la ceremonia del encendido de la llama olímpica en Olimpia, el memorando reconoce que el movimiento olímpico puede tener que enfrentarse a "incidentes" o "crisis", pero subestima la movilización que finalmente tuvo lugar en las calles de Londres y París.
"Mientras el movimiento olímpico se enfrenta a una crisis histórica, Reporteros sin Fronteras se siente sorprendida por el cinismo que muestra el COI en este documento. Ahora esperamos que el movimiento olímpico tome decisiones importantes para obligar a las autoridades chinas a poner en libertad a los presos políticos, y garantizar una total libertad de la prensa extranjera y de la libertad de expresión en Tibet", ha declarado la organización.
En el documento de 26 páginas, cruzado con la mención de "Confidencial", el COI afirma que ha elaborado, junto con el Beijing Organisation Committee Olympic Games (BOCOG), unos "protocolos de respuesta" para casos de crisis. A los destinatarios de la nota, básicamente los comités olímpicos nacionales, se les ruega que sigan las indicaciones cuando tengan que responder a la prensa, o a grupos de presión.
La responsable de comunicación del COI, Giselle Davies, intenta definir lo que es una crisis en los siguientes términos: "Un acontecimiento, o una serie de acontecimientos, que potencialmente podrían llevar a la interrupción o la anulación de alguno de los trayectos de la antorcha, o afectar seriamente a la imagen del COI y del movimiento olímpico". El ejemplo mencionado es el de un ataque terrorista durante los relevos.
El COI aconseja a sus miembros, a los comités olímpicos nacionales, federaciones deportivas y colaboradores olímpicos, que sean "humildes" y "honestos", para no tener que ponerse a la defensiva ante las preguntas de los periodistas. "El COI debe recordar siempre a los periodistas y lobbies que la influencia del COI se limita al terreno deportivo", martillea el documento.
El COI se refiere a los relevos, presentados por los chinos como "El viaje de la armonía", como el más "ambicioso de los relevos" de la llama, desde el comienzo de los Juegos modernos. La nota insiste mucho en el hecho de que es el BOCOG quien se encarga de la organización del paso de la antorcha, en coordinación con las autoridades locales.
La lista de los problemas que pueden presentarse al paso de la antorcha menciona la "Seguridad de portadores y espectadores, Terrorismo, Manifestaciones, Monte Everest, Tibet, Taiwán y la Plaza de Tiananmen". Demuestra hasta qué punto la cuestión de los derechos humanos en Tibet se encuentra en el centro de los Juegos Olímpicos de Pekín, a pesar de que las autoridades chinas se empeñen en negarlo. Pero, en ningún momento, el COI aporta respuestas sobre el fondo de la cuestión, sino únicamente consignas más o menos calcadas de la propaganda china, que rechaza cualquier politización de los JJOO.
Nos enteramos de que el paso de la antorcha por la cumbre del Everest representa para el COI la oportunidad de dar "nuevo significado al lema olímpico: "Más rápido, más alto, más fuerte". Y añade: Llevar la antorcha hasta lo alto del Everest simboliza que no existen límites para alcanzar los valores olímpicos".
A propósito de ese controvertido ascenso, el COI asegura que respeta el derecho de los manifestantes pero precisa que el "BOCOG y las autoridades locales no dudarán en actuar a lo largo del recorrido, cuando estén en juego la seguridad del portador de la antorcha y del equipo de ascenso". Más ampliamente, la organización con sede en Lausana "se niega a interferir en las actuaciones que las autoridades locales consideren necesarias para mantener el orden público".
Para justificar la celebración de una ceremonia en honor de la llama en la Plaza de Tiananmen el COI precisa que se trata de una de las "más famosas plazas públicas del mundo", y descarga en los organizadores pequineses la decisión de haber hecho de ella el punto de partida del maratón. "El COI es una organización deportiva. No sería apropiado que decidiéramos el uso de los lugares que, para muchas personas, tienen un significado histórico y político", precisa la nota que una vez más insiste en el mensaje de armonía y humanidad que debe representar la antorcha olímpica.
Conscientes de los retos, el COI y el BOCOG ofrecen ejemplos de "crisis" durante el recorrido. En caso de manifestaciones, ambas organizaciones dirán a los medios de comunicación que es normal que determinados grupos utilicen el paso de la antorcha para "situar su causa ante los focos de la actualidad que garantizan los Juegos Olímpicos de Pekín".
Si, en el final de recorrido, se manifestaran familias de "desaparecidos", se recomienda responder que se comparten las preocupaciones de los allegados, y que esperan que las autoridades chinas lo aclaren. Una vez más se pide echar la culpa a las organizaciones de los derechos humanos, que utilizan los JJOO para hablar de sus causas. En caso de "crisis extrema", el COI y el BOCOG sugieren no hacer comentarios o, en el colmo del cinismo, enviar el pésame a las víctimas, si las hubiera.
Con el fin de ayudar a los diferentes protagonistas del movimiento olímpico a gestionar un incidente o una crisis, el documento anuncia la creación de un equipo de gestiones de crisis (Crisis Management Team), bajo la autoridad de Jacques Rogge. Pero precisa que corresponde al BOCOG "encargarse de adoptar las actuaciones necesarias sobre el terreno".
Finalmente, el documento reitera la necesidad de no interferir en los asuntos internos de China: "El COI no cree que sea adecuado cuestionar las reglas y leyes de un país (S). Lo que no quiere decir que el COI no apoye la libertad de expresión".
"Impidiendo a los atletas, y entre ellos a los franceses, expresarse, el presidente Jacques Rogge no va a conseguir sacar del atolladero a estas olimpiadas. Por el contrario, lo que tiene que hacer es convencer a las autoridades de Pekín para que modifiquen profundamente su visión de los Juegos Olímpicos. Pensamos que ya no es el momento de escribir, como en el caso de este documento, que las posturas críticas con China solamente van a servir para crear 'resentimiento y complicaciones'. Ha llegado el momento de actuar para salvar lo que queda del espíritu olímpico para Pekín 2008", piensa la organización.
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20.01.2016