Bielorrusia

Panorama mediático

Los medios nunca han sido tan reprimidos por las autoridades como después de la polémica reelección de Aleksander Lukashenko como presidente del país, en agosto de 2020. Un caso paradigmático es la web informativa más famosa de Bielorrusia, Tut.by, a la que se le ha retirado su estatus de medio de comunicación, ha sido censurada, ha sufrido registros, ha sido objeto de denuncias penales y, finalmente, ha sido etiquetada como “extremista” y prohibida, como la mayoría de medios independientes. Algunos siguen publicando desde su lugar de exilio. Solo el medio del Estado BTRC sigue funcionando con normalidad y difundiendo la propaganda del régimen.

Contexto político

Censura, violencia, detenciones masivas, registros coordinados en los domicilios particulares y en las redacciones, disolución de la Asociación de Periodistas Bielorrusos (BAJ)... Las autoridades practican el terrorismo de Estado para silenciar a las voces independientes, llegando hasta a desviar un vuelo comercial, en mayo de 2021, para detener al periodista opositor Roman Protasevich y forzarlo a “confesar” en la televisión pública.

Marco legal

Las autoridades bielorrusas han maquillado las leyes para darle un barniz de legalidad a los ataques a la libertad de prensa, especialmente a través de una serie de enmiendas, realizadas en mayo de 2021. La justicia, por su parte, ha comenzado a asimilar el trabajo de los periodistas independientes al “extremismo”, punible con siete años de cárcel. Desde agosto de 2021, una veintena de medios han sido tildados de “extremistas”.

Contexto económico

La gran mayoría de los medios independientes bielorrusos prosigue su actividad desde el extranjero, si es que no han sido obligados a cesar sus publicaciones. Actualmente, estos medios están financiados principalmente por subvenciones procedentes del exterior. Antes de 2020, también se beneficiaban de ingresos publicitarios.

Contexto sociocultural

Bielorrusia es la cuarta mayor cárcel de periodistas del mundo y destaca por el elevado número de mujeres periodistas entre rejas, como Daria Tchoultsova y Katsiarina Andreyeva, condenadas a dos años de cárcel, en febrero de 2021, por haber grabado una manifestación no autorizada. Esta realidad marca el fin de una cierta indulgencia patriarcal, tradicional en las autoridades bielorrusas, a quienes el papel preponderante de las mujeres en los movimientos de protesta postelectorales ha pillado por sorpresa.

Seguridad

Numerosos periodistas se han visto obligados a huir de su país, transformado en el más peligroso de Europa para la profesión, hasta la guerra de agresión lanzada por el Kremlin contra Ucrania, el 24 de febrero de 2022 y la consiguiente oleada de represión en Rusia. Las fuerzas de seguridad se ceban sistemáticamente con los periodistas, que son detenidos, registrados y, en ocasiones, agredidos y víctimas de malos tratos en prisión.