Rusia: El Parlamento certifica la muerte del Internet libre
Los parlamentarios rusos han dado su aprobación final a dos leyes destinadas a prohibir el software que elude la censura online y que aprietan el control gubernamental sobre los buscadores y los servicios de mensajería. Reporteros sin Fronteras (RSF) cree que dichas normas certifican la muerte de un Internet libre en Rusia.
Ambas leyes, que marcan un punto de inflexión en la censura de Internet en Rusia, se colaron entre el torrente de proyectos de ley que los legisladores aprobaron a la carrera el 21 de junio, último día de sesiones parlamentarias antes de las vacaciones de verano.
La primera ley pretende contrarrestar las grietas de la censura de Internet en Rusia, al obligar a los servicios que eluden el bloqueo de sitios web -como VPN, servidores proxy o la red Tor- a bloquear páginas web que están prohibidas en Rusia. Quienes no cumplan se volverán inaccesibles en Rusia. Esta ley también pone como requisito que los motores de búsqueda eliminen todas las referencias a los sitios que bloqueados en el país.
La segunda ley exigirá la identificación de usuarios de servicios de mensajería, como WhatsApp y Telegram, mediante sus números de teléfono, y permitirá a las autoridades bloquear a ciertos abonados o mensajes.
"El Internet libre tiene las horas contadas en Rusia", asegura Johann Bihr, responsable de Reporteros sin Fronteras para Europa del Este y Asia Central. "Tal como nos temíamos, la Duma ha decidido reforzar la censura y la vigilancia de los usuarios de Internet. Condenamos de nuevo esta escalada en la legislación liberticida, que pisotea los derechos de los ciudadanos rusos y amenaza al sector digital".
La aprobación de estas leyes por parte de la Cámara Alta y su promulgación por el Presidente Vladimir Putin son meras formalidades. La ley anti-VPN debe entrar en vigor el 1 de noviembre, y la ley sobre los servicios de mensajería, el 1 de enero. Sin embargo, su aplicación se enfrenta a importantes desafíos técnicos.
Rusia ocupa el puesto 148, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017 de Reporteros sin Fronteras.