Referéndum en Túnez: la amenaza de un regreso a los ‘años de plomo’ pende sobre la prensa

RSF alerta sobre el contenido equívoco de la Constitución, votada el 25 de julio por decisión del presidente Kais Saied, y sobre la amenaza que supone para los avances logrados en materia de libertad de prensa.

“Los periodistas tunecinos han logrado, desde la revolución de 2011, avances significativos y ejemplares en materia de libertad de información y ahora se arriesgan a pagar muy caro el retroceso provocado por este referéndum”, afirma Khaled Drareni, representante de RSF en el Norte de África. “Esta consulta puede avalar una Constitución que permitiría limitar su capacidad de producir una información libre e imparcial”, añade.

Anunciado el 30 de junio por el presidente tunecino Kais Saied, enmendado posteriormente y votado el lunes 25 de julio, el proyecto de esta nueva Constitución prevé un retorno al régimen presidencialista. El texto se somete a consulta tras la suspensión y la posterior disolución del Parlamento, el pasado 30 de marzo, y del Consejo Superior de la Magistratura, dos meses antes. 

Aunque el proyecto de Constitución proclama la libertad de prensa y de información, persisten dudas muy importantes acerca de determinados artículos, que podrían perjudicar la garantía efectiva de estas libertades, especialmente la de expresión y la de prensa. La Asociación Tunecina de Defensa de las Libertades Individuales ha constatado, de hecho, que a pesar de “reconocer algunos nuevos derechos y libertades, como la libertad del individuo (artículo 26), el proyecto constitucional plantea un grave problema en cuanto a los límites a los derechos y libertades”.

Además de las restricciones a las libertades contenidas en el artículo 55, preocupa también la independencia en la regulación de los medios. El texto contempla la eliminación de la Alta Instancia del Audiovisual (HAICA), que ha contribuido significativamente a la preservación de la libertad de información en el sector audiovisual.

Tras las numerosas críticas que le llovieron, tanto desde dentro como desde fuera del país, el presidente Kais Saied enmendó el texto, el 8 de julio, añadiendo un mero “requerida por un régimen democrático” al polémico artículo, que dispone: “ninguna restricción puede imponerse a los derechos y libertades garantizados por la presente Constitución, excepto en virtud de una ley, y por necesidad requerida por un régimen democrático, cuyo fin sea proteger los derechos ajenos o por necesidades de seguridad pública, defensa nacional o salud pública”.

Este añadido no modifica en nada el fondo de la reforma, lo que ha llevado a RSF a reiterar su llamamiento para amparar la libertad de prensa y, de manera más general, las libertades fundamentales, sin que dependan de la buena voluntad presidencial.

El contexto político que rodea el referéndum pesa claramente sobre el escrutinio. Elegido en octubre de 2019, Kais Saied se ha arrogado plenos poderes desde la disolución del parlamento, la pasada primavera. RSF ya advirtió entonces al poder tunecino sobre el deterioro del clima político y sus consecuencias para la libertad de prensa.

Una apertura democrática pionera

La cuestión de la libertad de prensa en Túnez es capital, ya que es en este país en el que surgió, en 2011, una apertura democrática pionera para todo el Norte de África. Fue este papel precursor el que impulsó, de hecho, a RSF a instalar en Túnez su primera oficina regional, en octubre de 2011. 

Desde esa fecha, las instituciones y organizaciones -estatales, sindicales o asociativas- han mostrado claramente su compromiso en pro de la libertad de prensa, apoyando a los periodistas tunecinos en su camino para instaurar una prensa libre e independiente. 

Con la colaboración del Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos y otras asociaciones locales, se han organizado seminarios y cursos de formación para periodistas. Túnez acogió el Foro sobre Información y Democracia (iniciativa lanzada por RSF para promover la aplicación de garantías democráticas en el espacio global de la comunicación y la información), con la participación del anterior presidente, Beji Caid Essebsi. Esta dinámica ha permitido al país consolidarse, año tras año, como ejemplo a seguir en materia de libertad de prensa en el mundo árabe.

 El periodismo tunecino, en un punto de inflexión histórico

Bajo el influjo de Kais Saied, Túnez no ha tardado, desgraciadamente, en desandar el camino andado, hipotecando todos los avances realizados desde 2011. En enero del año pasado, RSF publicó “Periodismo en Túnez: la hora de la verdad”, un informe que ya alertaba sobre el riesgo de que se perdiese todo el acervo acumulado desde la revolución tunecina en materia de libertad de prensa. En este documento, RSF concluye que el periodismo tunecino se encuentra en un punto de inflexión, ya que una transformación del sector mediático demasiado lenta en estos diez años y la evolución política reciente amenazan a una libertad de información muy preciada y que costó mucho adquirir.

Desde la publicación del informe, la situación ha continuado deteriorándose, como lo prueba el contenido del proyecto de Constitución sometido a referéndum este 25 de julio. Tres días antes de la consulta, el 21 de julio, Reporteros Sin Fronteras reiteró su temor a la deriva preocupante que podría emprender Túnez. Este temor se vio reforzado el viernes 22 de julio, cuando la policía dispersó violentamente, en el centro de la capital tunecina, a manifestantes contrarios al referéndum, entre los que figuraban numerosos periodistas. Mehdi Jelassi, el presidente del Sindicato Nacional de Periodistas Tunecinos, tuvo que ser evacuado y ser atendido por sanitarios, tras recibir gas lacrimógeno en la cara. Su colega Yousra Chikhaoui fue, por su parte, abofeteada por un policía. Estas tensiones revelaron la voluntad manifiesta de las autoridades de imponer el referéndum y el trato que el régimen tiene intención de aplicar a los periodistas.

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