Bielorrussia: RSF expresa su rechazo ante los humillantes métodos utilizados contra periodistas

Los últimos periodistas y profesionales de la comunicación arrestados en Bielorrusia son obligados a confesar mientras funcionarios del Ministerio del Interior graban sus testimonios para publicarlos en Internet. Reporteros Sin Fronteras muestra su indignación ante tales prácticas, que constituyen una violación grave del Derecho Internacional, y exige su cese inmediato. 

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«La tortura psicológica y métodos estalinistas como las confesiones forzosas o las acusaciones anónimas son el nuevo instrumento de erradicación del periodismo independiente en Bielorrusia», afirma Jeanne Cavelier, jefa del área de RSF para Europa del Este y Asia Central. «Tras la dramática represión del 2020, el Gobierno de Alexander Lukashenko no permite que exista la libertad de prensa ni que los periodistas estén a salvo. Estamos indignados ante la impactante naturaleza de este maltrato y exigimos a las autoridades bielorrusas que dejen de arrestar y humillar a periodistas que tan solo están cumpliendo con su trabajo». 

En junio se produjeron ocho nuevos arrestos en Bielorrusia, siete de ellos grabados por funcionarios en vídeos degradantes  y subidos a la red junto a comentarios burlones hacia el trabajo periodístico. La mayoría de los profesionales fueron detenidos por su vinculación con la cobertura de mítines de la oposición en 2020. Los arrestos se produjeron después de registros selectivos por parte de las fuerzas de seguridad o tras acusaciones anónimas a través de un chat especial en un canal progubernamental de Telegram llamado «Centre E».

Entre las víctimas se encuentran Vital Andras, director de Dev.by, medio de comunicación online especializado en tecnología de la información, y su esposa, Elena Andras, contable del medio. Tras sus arrestos el 23 de junio fueron obligados a confesar ante la cámara «haber distribuido material extremista» durante los mítines de 2020.

El vídeo de su confesión fue publicado a través de «Centre E», donde se dijo que habían utilizado su medio de comunicación «antigubernamental» para «incitar deliberadamente emociones negativas sobre su país en aras de los llamados valores europeos», y que estaban intentando «promover un golpe de Estado». 

El fotógrafo freelance Yauhen Yerchak fue vestido con un casco militar con una bandera blanca-roja-blanca (símbolo de las protestas). También le colocaron simbología nazi alrededor del cuello con el fin de realizar una foto denigrante acompañada de una descripción ridícula que fue publicada el 13 de junio. Fue llamado «fascista» y acusado de cooperar con una organización «extremista», TUT.BY (ahora Zerkalo.io), el sitio de noticias más popular de Bielorrusia.

Tras haber sido condenado a 15 días en prisión por desobedecer a la policía, fue puesto en libertad el 29 de junio, pero continúa amenazado con la posibilidad de nuevos procedimientos judiciales debido a que la policía incautó sus fotos y archivos de vídeo y ahora los están «estudiando». 

La ley se incumple de manera similar con los periodistas bielorrusos que tratan de cubrir la invasión rusa de Ucrania. Yury Hantsarevich se enfrenta a una posible condena de seis años de prisión tras ser acusado de «traidor» después de que las fuerzas de seguridad descubrieran que había estado colaborando con Radio Svaboda (la rama bielorrusa de Radio Free Europe/Radio Liberty, financiada por el gobierno estadounidense) y con Zerkalo.io. Al igual que esta última, RFE/RL está categorizada como «extremista».

Como reportero de Intex-press, un periódico local situado en Baranavichy, Hantsarevich fue arrestado el 5 de mayo y acusado de «promover actividades extremistas». En el vídeo publicado online describe el proceso de trabajo con medios de comunicación, enseña sus mensajes con representantes de dichos medios y confiesa bajo coacción estar arrepentido de sus actos.

Tres periodistas de ABW.by, un medio de comunicación especializado en tecnología del automóvil, confiesan en vídeos publicados el 16 de junio «haber mentido», «desinformado» y censurado noticias progubernamentales en su medio. Se han presentado cargos penales contra dos de los periodistas, la redactora jefe, Yulia Mudreuskaya, y el redactor de proyectos especiales, Yury Gladchuk. El tercer periodista, Vadzim Ziankevich, ha sido puesto en libertad.

Anteriormente, los vídeos con confesiones forzosas eran utilizados contra activistas y partidarios de la oposición. Sin embargo, esta última tendencia muestra que las autoridades se han embarcado en una batalla «moral» contra los medios de comunicación independientes que aún quedan en Bielorrusia. Algunos de los canales de las redes sociales utilizados para combatir la libertad de expresión son bloqueados de vez en cuando, pero existen clones y versiones regionales.

El canal de Telegram «Centre E»  se identifica a sí mismo como gestionado por la Dirección de Lucha contra el Extremismo, agencia estatal conocida por detener a figuras de la oposición como Raman Pratasevich, periodista arrestado el 25 de mayo de 2021 después de que su avión fuera secuestrado por orden de Lukashenko y obligado a realizar confesiones televisadas.

Un total de 32 profesionales de los medios de comunicación están actualmente detenidos en Bielorrusia y la persecución de periodistas impulsada en 2020 todavía continúa activa.

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