La independencia editorial de los medios en Albania está amenazada por una regulación partidista; los periodistas son, además, víctimas del crimen organizado y, en ocasiones, de la violencia policial, posible por la incapacidad del Estado para protegerlos.
Panorama mediático
Los medios albaneses más influyentes están en manos de un puñado de empresas relacionadas con el entorno político, que operan en sectores estrictamente regulados, como la construcción. Aunque existen cientos de medios digitales en el país, solo una minoría tiene un modelo empresarial sólido y una financiación transparente. Entre los principales medios se encuentran RTSH, Top Channel, Klan y RTV Ora.
Contexto político
Los periodistas están sometidos a presiones políticas, que en 2021 se vieron acentuadas por el afán de controlar la información durante las elecciones y la pandemia. Los políticos suponen una amenaza para la independencia de las redacciones, que coartan a través de organismos de regulación fuertemente politizados y del nombramiento de los directivos de medios públicos. Los periodistas críticos se enfrentan regularmente a ataques para desacreditarlos y les resulta difícil acceder a la información pública, una traba que puede verse reforzada por la reciente centralización de la comunicación gubernamental.
Marco legal
Aunque la Constitución albanesa y sus compromisos jurídicos internacionales garanticen la libertad de prensa, la protección de la confidencialidad de las fuentes sigue siendo insuficiente. En 2022, el Parlamento albanés retiró el paquete de medidas “anti difamación” del calendario de sesiones plenarias. El proyecto de ley habría otorgado poderes desproporcionados al Estado sobre los contenidos de los medios en línea, reforzando así la autocensura. Tras la controvertida decisión de un fiscal, se prohibió a los medios de comunicación cubrir las repercusiones de un ciberataque perpetrado en 2022 contra instituciones estatales.
Contexto económico
Gran parte del mercado de los medios albaneses está en manos de cuatro o cinco empresas. La financiación pública representa una parte importante de los ingresos de los medios, pero su distribución opaca y discriminatoria levanta las sospechas de tráfico de influencias.
Contexto sociocultural
Los profesionales de los medios que investigan sobre el crimen organizado y la corrupción son objeto de amenazas. Las periodistas, mayoritarias dentro de la profesión, se enfrentan al acoso en Internet y a la discriminación de género en las redacciones, cuyos avances en este sentido son, sin embargo, bienvenidos. La autocensura es habitual, pero a pesar de esta amenaza, varios medios han creado una plataforma para la autorregulación ética, una primicia en Albania.
Seguridad
Los reporteros que cubren manifestaciones y operaciones policiales son a veces víctimas de la violencia policial. Pero, el crimen organizado es una de las mayores amenazas para la integridad física de los periodistas. Aunque la policía se ha movilizado recientemente para perseguir las agresiones a los profesionales de los medios, la impunidad de los crímenes cometidos contra ellos, unida a los intentos políticos de desacreditarlos, crea un clima que puede favorecer nuevos ataques a periodistas. En marzo de 2023, el ataque sin precedentes al edificio de Top Channel con disparos de armas automáticas se saldó con la muerte de un agente de seguridad del medio.