La revista Vanguardia, ausente en los kioscos tras una nueva incautación de sus oficinas

El número 353 de la revista semanal Vanguardia no aparecerá en los kioscos este 6 de agosto de 2012, debido a la incautación del equipo de sus instalaciones efectuada hace seis días por órdenes del Ministerio de Relaciones Laborales. Según nuestra información, el editor de la publicación, Iván Flores, planea pese a todo difundir esta edición en una fecha aún no determinada. El embargo del 31 de julio, en el que se incautaron ordenadores y otras partes del equipo, no es el primero de su tipo que afecta a Vanguardia, publicación conocida por haber revelado casos de corrupción en los que estaban implicados funcionarios del gobierno actual. Asimismo, éste ocurre en medio de un contexto de repetidos cierres de medios de comunicación audiovisuales también reconocidos por su línea editorial crítica del gobierno de Rafael Correa. Como en los otros casos, los poderes públicos emplean el pretexto administrativo. En este caso, Vanguardia tendría una deuda laboral que ascendería a unos 27.000 dólares, la revista no habría respetado la ley relativa a la contratación de empleados con discapacidades y habría olvidado exponer su reglamento interior en un espacio visible. Según Iván Flores, la notificación del embargo habría llegado a la empresa la víspera de su ejecución. Para el director de Vanguardia, Juan Carlos Calderón, quien se encontraba de vacaciones cuando ocurrieron los hechos, el procedimiento es una muestra de “represalias políticas”. “La lista de medios de comunicación que han sido cerrados o que se encuentran bajo embargo crece peligrosamente desde el inicio del año. Suponiendo que Vanguardia no haya cumplido ciertas obligaciones legales, ¿era necesario hacer callar a su redacción? Brutal, el procedimiento concuerda con las graves medidas de represalia emprendidas contra la prensa crítica, como la reciente prohibición formulada por el presidente Rafael Correa, que impide a sus ministros conceder la mínima entrevista, el retiro de toda publicidad oficial o incluso los repetidos ataques presidenciales contra los representantes de este sector de la prensa”, declaró Reporteros sin Fronteras. “Los medios de comunicación privados más críticos también son en parte responsables de la situación de polarización que afecta hoy a la sociedad ecuatoriana. En este caso, Vanguardia cumplió su deber de investigación conforme a la libertad de informar. No puede considerarse toda crítica o revelación un intento de ‘derrocamiento’ del poder establecido. Desde el inicio pugnamos por que la futura Ley de Comunicación –cuyo voto aún se encuentra en suspenso– promueva el justo equilibrio pluralista entre los diferentes tipos de medios de comunicación (públicos, privados y comunitarios), garantizando su libertad e independencia. La serie de cierres de radios, canales de televisión y ahora de Vanguardia no responde de ninguna manera a ese objetivo”, concluyó la organización.
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Mise à jour le 20.01.2016