El presidente Evo Morales contradice a su mayoría, tras el estallido de un escándalo de espionaje

El presidente Evo Morales reacciona muy mal, al atacar a los medios de comunicación como respuesta al escándalo de espionaje sufrido por un periodista, según Reporteros sin Fronteras. La organización constata que, en lo que se refiere a la libertad de prensa, existe un desfase entre las manifestaciones del Jefe del Estado y las de su mayoría parlamentaria.

Reporteros sin Fronteras está muy sorprendida por las acusaciones formuladas por el presidente Evo Morales el 30 de enero de 2008, seis días después de que se conociera una operación de espionaje ilegal de la que han sido víctimas algunos políticos, progubernamentales y de la oposición, y el periodista Juan José Espada, del canal privado Unitel. Las declaraciones del Jefe del Estado contrastan con las, más tranquilizadoras, de Iván Canelas, diputado del Movimiento al Socialismo (MAS), respecto a la libertad de prensa. “El escándalo de espionaje no debe agravar un clima político, que ya es muy difícil y fuente de dificultades reales para los medios de comunicación bolivianos, de todas las tendencias. La llamada a la razón debe llegar de la clase política. La oposición se equivoca al crear sospechas sobre el Jefe del Estado, en el reciente escándalo de espionaje. El presidente Evo Morales se defiende muy mal, al acusar a su vez a los medios de espiarle. Unas acusaciones que resultan tanto más sorprendentes porque el diputado Iván Canelas, apoyo del Jefe del Estado, condenó en el mismo momento las agresiones a la prensa. Esas tensiones se pueden evitar. Superarlas implica que la prensa obtenga garantías reales sobre el secreto de las fuentes, pilar indispensable de la profesión. A se respecto, ya hubo unas consultas entre los medios y el gobierno. Reporteros sin Fronteras se compromete, una vez más, a promover el diálogo”, ha declarado la organización. El 30 de enero de 2008 Evo Morales acusó públicamente a los medios de comunicación de “pagar” a los agentes de su equipo de seguridad, para localizarle y seguirle. El Jefe del Estado dijo que se sentía “espiado” por los periodistas. Una reacción que se ha producido en la estela del escándalo de espionaje ilegal llevado a cabo contra dieciocho políticos - y entre ellos dos parlamentarios de su propio partido - y Juan José Espada, del canal privado Unitel, cercano a la oposición. Evo Morales se defendió de cualquier implicación en los hechos, y la propia policía ha achacado ese proceder a algunos miembros de su servicio de inteligencia. El caso de espionaje se ha llevado al Parlamento. Diputado del MAS y antiguo periodista, Iván Canelas ha declarado haber “personalmente pedido al Ministerio Público que se haga, aún de oficio, una investigación, para establecer quienes las personas que han agredido y atacado a periodistas y medios para que sean sancionados”. César Navarro, jefe de filas del MAS en la Cámara de Diputados, defendió también el derecho de los medios a manifestar sus opiniones. Sin embargo, se mantiene la preocupación en las filas de la prensa sobre la intención de “transparentar la información y levantar el derecho a la confidencialidad”, manifestado por Evo Morales en su mensaje al Congreso, el 22 de enero. El 31 de enero, la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) denunció que se estaba cuestionando el secreto de las fuentes, lo que representa “una grave amenaza a la libertad de expresión y prensa, y el derecho de la sociedad a estar correctamente informada”. ___________________________________ 28.01.08 - Espían a un periodista del canal Unitel : "El escándalo no debe sabotear el diálogo entre el gobierno y los medios de comunicación"
Reporteros sin Fronteras se siente consternada por las revelaciones, efectuadas el 24 de enero de 2008, de algunas actividades de espionaje al margen de todo control, en las que está implicado el servicio de inteligencia de la policía y una de cuyas víctimas ha sido, entre otras, Juan José Espada, responsable de información del canal privado Unitel. A pesar del escándalo, la organización cuenta con que proseguirá el diálogo, iniciado entre representantes de los medios de comunicación y el gobierno tras las violencias contra la prensa, llevada a cabo en el momento álgido de la crisis política, en 2007. Finalmente, recuerda que los periodistas deben contar con todas las garantías del secreto profesional, necesarias para hacer su trabajo. “Nos felicitamos por la rápida reacción del gobierno frente a tales actuaciones. Parece que algunos sectores de la policía han sobrepasado sus atribuciones. Por lo que se refiere a Juan José Espada, la investigación deberá aclarar si el espionaje que ha sufrido tenía como objetivo descubrir sus fuentes informativas , en cuyo caso se trataría de una característica violación de la libertad de prensa. El secreto profesional es un pilar indispensable de esa libertad. También esperamos saber si ese procedimiento ha afectado a otros periodistas. En cualquier hipótesis, el escándalo no deber servir de argumento para una nueva relación de fuerza entre los medios y la clase política, ni para una polarización en los medios. Ahora más que nunca debe continuar el diálogo, iniciado por el gobierno y los representantes de la prensa tras las violentas manifestaciones de 2007, y contribuir a la paz social, a imagen y semejanza del que tiene lugar entre el ejecutivo de La Paz y los gobernadores de la oposición”, ha declarado Reporteros sin Fronteras. El 24 de enero, los canales privados Cadena A, ATB, PAT y Unitel, y los diarios nacionales La Razón y El Nuevo Día, manifestaron haber recibido, de forma anónima, un CD-rom conteniendo una docena de asuntos, cerca de cuarenta notas y más de cuatrocientas fotografías. La recopilación era un balance de las actividades de espionaje efectuadas, al margen de todo control, por el servicio de inteligencia de la policía, a finales del Año 2007. Dieciocho personalidades políticas fueron víctimas del procedimiento, y entre ellas el ex Jefe del Estado Jorge Quiroga, jefe de filas del partido de la oposición Podemos, cuatro gobernadores provinciales hostiles al gobierno de Evo Morales y también el Presidente del Senado, Oscar Ortiz, y los parlamentarios del Movimiento Al Socialismo (MAS - en el poder) Gustavo Torrico y Guido Guardia. En la lista figura también Juan José Espada, co-responsable de información del canal privado Unitel en La Paz, en la época de los hechos y ahora destinado en Santa Cruz. Considerado afín a la oposición, Unitel mantiene relaciones más bien tensas con el gobierno de Evo Morales. En ausencia del Jefe del Estado, que se encontraba en Argentina, el Vicepresidente Alvaro García ordenó, el 25 de enero, al general Miguel Vásquez, jefe de la policía, que le enviara toda la información relativa a ese asunto. Criticó públicamente al servicio de inteligencia de su administración y aseguró que la prensa tendrá “plenas garantías”. Las divisiones provocadas por la elaboración de una nueva Constitución han hundido al país en una crisis política. La prensa boliviana, tanto la progubernamental como la de oposición, pagó con creces el precio de la crisis en 2007. Al comienzo del año 2008, dominado por un intento de conciliación entre el gobierno y la oposición, los días 19 y 25 de enero sufrieron ligeros desperfectos los locales de los canales PAT y ATB, en La Paz. La prensa está también preocupada por las posibles modificaciones legislativas que puedan introducirse, relativas al secreto de las fuentes. Según varios periódicos bolivianos, René Fernández, de la emisora Radio Cadena Nacional, fue agredido el 25 de enero en La Paz, y conminado a guardar silencio sobre el caso de espionaje en el que estaba investigando.
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Updated on 20.01.2016