Cincuenta años después de las independencias, los periodistas africanos deben seguir luchando por su libertad

El Cuerno de África herido todavía, Sudán y Ruanda aplastados por la censura, Camerún de luto tras una muerte en detención Con motivo del cincuenta aniversario de la independencia de muchos Estados africanos, el año 2010 debería celebrarse. No obstante, los periodistas del continente no han tenido suerte. En materia de libertad de prensa, aunque el Cuerno de África siga siendo la zona más herida, la región de los Grandes Lagos y África Oriental han vivido unos descensos preocupantes. Por cuarto año consecutivo, Eritrea (puesto 178) se encuentra en el último puesto de esta clasificación mundial. Por lo menos treinta periodistas y cuatro colaboradores de medios de comunicación están encarcelados, incomunicados en condiciones espantosas, sin derecho a juicio, y sin que ninguna noticia se dé sobre su situación. A los empleados de los medios de comunicación públicos, los únicos tolerados en el país, no les queda más remedio que obedecer las órdenes del ministerio de Información o bien huir del país. La prensa extranjera no es bienvenida. En Somalia (161), la guerra civil que opone al gobierno de transición con las milicias islamistas armadas tampoco les perdona a los medios de comunicación y se cobra víctimas con frecuencia entre los periodistas. Poco a poco, Al-Shabaab e Hizb-Al-Islam asumen el control de radios independientes y las usan para difundir su propaganda religiosa y política. En Sudán, (172), el levantamiento temporal de la censura previa sobre la prensa escrita sólo fue una cortina de humo. El país pierde este año veinticuatro puestos. Se convierte así en el segundo país africano peor clasificado, por la represión que vive el diario de oposición, Rai-al-Chaab, con la suspensión del periódico y la encarcelación de cinco de sus empleados, pero sobre todo con el regreso de la vigilancia de Estado sobre las publicaciones escritas, lo que hace casi imposible tratar temas importantes como el futuro referéndum sobre la independencia del sur del país. Por su parte, Ruanda (169), donde el jefe de Estado, Paul Kagame, fue reelegido en condiciones de transparencia más que discutibles, pierde doce puestos y se convierte en el tercer país africano peor clasificado. La suspensión de las principales publicaciones independientes, el ambiente de terror en torno a las elecciones presidenciales y el asesinato, en Kigali, del redactor jefe adjunto de Umuvugizi, Jean-Léonard Rugambage, son la causa de tal caída en picado. En unas proporciones casi comparables con Somalia, Ruanda está perdiendo a sus periodistas, quienes huyen por temor a la represión. La vigilancia impuesta a la prensa y la degradación del ambiente para los periodistas en torno a las elecciones de mayo de 2010 explican por qué Etiopía (139) sigue siendo un país con mala clasificación. A causa de la violencia sufrida por los periodistas y los arrestos arbitrarios por parte de la policía o de los servicios de inteligencia, Nigeria (145) y la República Democrática del Congo (148) siguen aferrados al último tercio de esta clasificación. El descenso de diez puestos de Uganda (96) es moderado, pero los asesinatos de dos periodistas en septiembre de 2010 así como la reciente multiplicación de casos de agresión y arrestos de profesionales de los medios de comunicación provocan una gran preocupación en cuanto al clima en el que trabajará la prensa cuando se acerquen las elecciones de 2011. Sofocado por la muerte, en prisión del periodista Bibi Ngota y el mantenimiento en detención provisional de dos de sus compañeros, Camerún (129) pierde 20 puestos. Costa de Marfil (118) también pierde algunos puestos, en particular por el ensañamiento contra algunos medios de comunicación como L’Expression o el Nouveau Courrier d’Abidjan, y de la suspensión temporal de France 24 en febrero. En 2009, Níger (que ocupa ahora el puesto 104) y Gambia (125) estaban codo con codo, y pagan con creces el comportamiento depredador de sus jefes de Estado, Mamadou Tandja e Yahya Jammeh. Desde el derrocamiento de su presidente, en febrero de 2010, el clima para la prensa en Níger ha mejorado bastante, lo que explica que gane 35 puestos. No obstante, este país en transición permanece marcado por la incertidumbre, al igual que Guinea (113) que pierde 13 puestos por los acontecimientos sangrientos del 28 de septiembre de 2009, pero donde permanece la esperanza de ver llegar nuevas autoridades que garanticen el respeto por la libertad de prensa. Tras los duros años 2008 y 2009, Kenia (70) vuelve a ocupar un puesto honorable. Igualmente, Chad (112) se aleja de los momentos difíciles de la instauración del estado de urgencia en 2008, aunque la libertad concedida a la prensa siga siendo insuficiente. Angola (104) se encuentra en un puesto aceptable, pero el asesinato, aún sin elucidar, de un periodista de Radio Despertar, en septiembre de 2010, empeora el conjunto. Gabón (puesto 107) y Madagascar (116), que perdieron puestos en 2009, vuelven a subir lógicamente, después de que haya vuelto a caer la tensión. No obstante, en Madagascar, las autoridades de la transición deben mostrar más respeto aún por la prensa dejando de encarcelar a periodistas como a los de Radio Fahazavana o bien suspender medios de comunicación. Al igual que el año pasado, Zimbabwe (123) progresa lentamente. El regreso de los diarios independientes constituye un progreso para el acceso de la población a la información, pero la situación sigue siendo muy frágil. Finalmente, el pelotón de cabeza crece puesto que dos Estados africanos forman parte de los cincuanta países más respestuosos con la libertad de prensa : Tanzania (puesto 41), a pesar de la persistencia de temas tabús como el albinismo, y Burkina Faso (49), aunque justicia no se haya hecho aún después de 12 años después del asesinato del periodista Norbert Zongo. Sin embargo, dentro del grupo de cabeza, los puestos cambian. Namibia (puesto 21) retoma el primer puesto del continente, mientras Cabo Verde (26) se acompasa con Ghana (26) y Malí (26). Suráfrica (38) retrocede cinco puestos este año, por culpa de varias agresiones a periodistas durante el Mundial de fútbol, pero sobre todo por el comporatmiento de las autoridades del Congreso Nacional Africano (ANC, partido en el poder) con la prensa. El pasado 8 de abril, Julius Malema, líder de la Liga de la Juventud de la ANC, expulsó de su conferencia de prensa al corresponsal de la British Broadcasting Corporation (BBC), Jonah Fisher, llamándolo "bastardo" y "puñetero agente". Por otra parte, las autoridades piensan adoptar dos proyectos que ponen en peligro la libertad de prensa, a saber la creación de un tribunal de los medios de comunicación y una reforma de la ley sobre información.
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Mise à jour le 20.01.2016