Linchamiento mediático, encarcelamiento: el precio exorbitante de la solidaridad en Turquía

Reporteros sin Fronteras (RSF) denuncia las crecientes presiones que padecen los defensores de la libertad de prensa en Turquía: los periodistas que han dado seguimiento a los procesos que enfrentan sus colegas de Cumhuriyet son víctimas de un linchamiento mediático; mientras tanto, otro periodista fue encarcelado el 14 de agosto de 2017 por haber expresado su solidaridad con el diario Özgür Gündem.

Desde hace una semana la prensa progubernamental tacha de “traidores” que “instigan a un golpe de Estado” y de “enemigos de Erdoğan” dispuestos a todo para “sembrar el caos” a una treintena de personalidades de los medios de comunicación. Entre las víctimas de este linchamiento mediático se encuentran periodistas de primer plano, como Ertuğrul Mavioğlu, Banu Güven, Soner Yalçin, Fatih Polat y Canan Coşkun, así como defensores de la libertad de prensa como Erol Önderoğlu (RSF) y Faruk Eren (DİSK Basın-İş). Estas acusaciones surgieron porque supuestamente estas personalidades formaban parte de un grupo de WhatsApp en el que compartían información sobre el proceso de 17 periodistas del diario Cumhuriyet, que se abrió el 24 de julio.


Estas acusaciones delirantes podrían hace reír si no pusieran seriamente en peligro a los periodistas que las enfrentan”, señaló Johann Bihr, responsable del Despacho Europa del Este y Asia Central de RSF. “Denunciamos esta nueva campaña orquestada por el gobierno para infundir miedo y terminar de acallar a todos los medios de comunicación de oposición”, agregó.


Linchamiento mediático


¡Los defensores de los derechos humanos turcos deben ser puestos en libertad! Firma esta petición. Desde el 12 de agosto pasado los diarios Sabah, Akşam, Star, Türkiye y Güneş desarrollan la teoría de que se estaría urdiendo un complot, en el que estarían involucrados los periodistas que siguen el proceso de Cumhuriyet, políticos de la oposición y ocho defensores de los derechos humanos de primer plano encarcelados el 6 de julio –entre los que se encuentra la directora de Amnesty International Turquía, İdil Eser–, que fueron detenidos cuando participaban en un seminario, junto con dos formadores extranjeros, en un hotel de Estambul. Esta formación fue descrita por el presidente Recep Tayyip Erdogan y por la prensa progubernamental como una “reunión del caos” para “preparar la sublevación”.


Al parecer, los investigadores descubrieron la existencia del grupo de WhatsApp que compartía información sobre el proceso de Cumhuriyet cuando examinaban los teléfonos de estos defensores de los derechos humanos. Lo que bastó para que los columnistas progubernamentales se desataran: el primero sugirió que este grupo, llamado “Seremos libres juntos el 24 de julio”, es una herramienta para que los golpistas en potencia se organicen. El segundo enumeró a algunos de los presuntos miembros del grupo de WhatsApp, tachándolos de “periodistas pertenecientes al grupo del caos”. Otro, retomó esta lista y agregó nombres: “mire quién trabaja con FETÖ”, “van a incendiar las calles, ¡se van a hacer explotar!”, señaló.


En los últimos años, a la intensificación de la represión y al creciente control del gobierno turco sobre los medios de comunicación, se ha sumado el uso –cada vez más frecuente– de este tipo de campañas de calumnias. A menudo éstas preparan el terreno para la detención de las personas acusadas, que a veces se salda con agresiones a los acusados.


En prisión por una campaña de solidaridad


Esta nueva campaña de intimidación tiene lugar en un momento crítico para los defensores de la libertad de prensa. Murat Çelikkan, periodista y defensor de los derechos humanos, fue condenado a año y medio de cárcel por hacer “propaganda de una organización terrorista”; fue encarcelado el 14 de agosto. ¿Cuál fue su crimen? Haber participado en una campaña de solidaridad con el diario prokurdo Özgür Gündem. En nombre del pluralismo, 56 personalidades asumieron por turno simbólicamente, entre mayo y agosto de 2016, la dirección de esta publicación perseguida por la justicia. Murat Çelikkan fue el primero en ser condenado a prisión efectiva.


“Una sociedad sin pluralismo no es una sociedad democrática”, aseveró Murat Çelikkan en su defensa. “Castigar y condenar a personas que difunden información, que trabajan como periodistas y defienden la libertad de expresión, no sólo perjudica a estas personas sino a todo el sistema democrático”, añadió.


El representante de RSF en Turquía, Erol Önderoğlu, también fue perseguido por haber participado en esta campaña de solidaridad. Su proceso se reanudará el 26 de diciembre en Estambul, frente a la misma corte que condenó a Murat Çelikkan.


Turquía se ubica en el lugar 155, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada en 2017 por RSF. La situación de los medios de comunicación, que ya era muy preocupante, se volvió crítica con el estado de emergencia instaurado tras el intento de golpe de Estado registrado el 15 de julio de 2016: cerca de 150 medios de comunicación han sido cerrados y más de 100 periodistas encarcelados.

Publié le
Mise à jour le 23.08.2017