En Noruega, la libertad de prensa goza de un marco jurídico sólido. El mercado de los medios es dinámico, gracias a un servicio público de radiodifusión muy asentado y a un sector privado diversificado y compuesto por empresas que garantizan la independencia editorial.
Panorama mediático
La cadena pública NRK domina el mercado de la radiodifusión, siendo casi su único competidor -excluyendo el entretenimiento- el canal privado TV2. En el panorama digital, la versión en línea del diario VG es la más leída. El país cuenta con cerca de 230 medios de comunicación. En los últimos años, está despuntando un periodismo de opinión más radicalizado en Internet.
Contexto político
Los medios noruegos se desenvuelven en un entorno político favorable. En general, los políticos se abstienen de tildar de “fake news” cualquier información que les es desfavorable y de denigrar a su autor. Los diputados y ministros también se cuidan de respetar y no aproximarse a las direcciones de los medios subvencionados por organismos públicos.
Marco legal
La Constitución ampara, a la vez, la libertad de expresión y el derecho a la información pública, que también protegen otras leyes. El sector de los medios respeta, además, un código ético común. El gobierno recaba una gran cantidad de datos de comunicaciones, lo cual supone un riesgo potencial para la protección de las fuentes periodísticas.
Contexto económico
La Autoridad de los Medios Noruegos recaba y publica datos e informaciones sobre los propietarios de los medios de comunicación. Por su parte, los organismos reguladores de la competencia protegen el pluralismo, vigilando la propiedad de las empresas mediáticas. La política de “cero IVA” aplicada a los medios contribuye a mantener la calidad y la pluralidad informativas.
Contexto sociocultural
En general, la sociedad y el Estado fomentan el periodismo independiente y el debate ideológico. Los profesionales de los medios son objeto, esporádicamente, de acoso en Internet.
Seguridad
Los periodistas trabajan, en general, en un ambiente seguro. Se han registrado algunos casos excepcionales de violencia física, si bien otros atropellos contra la profesión son habituales.