El sector de los medios de comunicación luxemburgueses se está redefiniendo tras la votación, en 2021, de un nuevo sistema de ayudas a la prensa. En principio, los medios gozan de una verdadera libertad de funcionamiento, pero la proximidad de los intereses de los periodistas al poder político y económico limita su libertad de expresión.
Panorama mediático
RTL domina el panorama mediático de Luxemburgo. Ya sea a través de la televisión, la radio o Internet, el grupo, financiado por el Estado con más de 10 millones de euros (la misma suma que el Estado destina a la totalidad del resto de medios), es el más popular entre la gran mayoría de la población. El periódico Luxemburger Wort, comprado a la archidiócesis por un editor belga en 2020, tiene una audiencia próxima al 25% de la población. El segundo diario más leído, L’Essentiel, es gratuito. En el sur del país, el diario Tageblatt, propiedad de un sindicato de izquierda, está perdiendo lectores.
Contexto político
La monarquía parlamentaria de Luxemburgo está gobernada por un ejecutivo democristiano desde finales de 2023. Mientras fue presidente del grupo mediático Saint-Paul, el primer ministro, Luc Frieden, procedió a reposicionar hacia el mundo empresarial el Luxemburger Wort, en cuya línea editorial intentó supuestamente influir. Durante mucho tiempo, cada partido contaba con un periódico “obediente” y, aunque estas filiaciones han terminado, los lazos de subordinación parecen perdurar. No obstante, los medios de comunicación suelen trabajar de forma independiente y los periodistas gozan de cierta libertad frente al poder político.
Marco legal
La ley luxemburguesa garantiza la libertad de expresión y la protección de las fuentes. El gobierno ha prometido a los representantes de los medios una ley para 2024 que garantice el acceso a la información pública, limitado en los últimos años por la protección de los datos personales.
Contexto económico
Los principales diarios han experimentado una disminución de suscriptores y de ingresos publicitarios en los últimos años, lo que les ha llevado a reorientar sus actividades. Una ley aprobada en 2021 para favorecer el pluralismo prevé una ayuda anual de 30.000 euros para cada periodista y otra de 200.000 euros para cada medio. Existen numerosos medios, teniendo en cuenta la reducida talla del mercado nacional, pero no son ajenos a las presiones derivadas del pequeño tamaño del Gran Ducado, que favorece los conflictos entre el periodismo y los diversos intereses económicos.
Contexto sociocultural
Se lee mucha prensa en Luxemburgo, y el oficio de periodista tiene prestigio entre la población, lo que sitúa al país entre los mejores de la Unión Europea en este ámbito, según la Comisión Europea. El secreto bancario y la evasión de impuestos han sido temas tabú durante mucho tiempo en la prensa nacional. Las revelaciones periodísticas de “Luxleaks”, en noviembre de 2014, arrojaron luz sobre la industria de la evasión fiscal luxemburguesa, gracias a la denuncia de dos empleados de una empresa de auditoría. Uno de ellos, Raphaël Halet, no pudo acogerse al estatus de denunciante de corrupción (whistleblower) y fue condenado al pago de una multa por la justicia nacional. En 2023, fue finalmente reconocido como whistleblower por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que condenó a Luxemburgo por violar la libertad de expresión.
Seguridad
A raíz de la pandemia de Covid-19, algunos periodistas fueron amenazados o intimidados en las redes sociales en el marco de las manifestaciones contra las restricciones sanitarias. Aunque el gobierno haya previsto legislar en este sentido, actualmente no existe ninguna ley para condenar este tipo de hechos.