Irán ha afianzado su posición entre los países más represivos del mundo en materia de libertad de prensa, desde el comienzo de las protestas por la muerte de la estudiante Mahsa Amini, el 16 de septiembre de 2022, detenida por "llevar ropa inadecuada". El país también se está convirtiendo en una de las mayores cárceles de periodistas del mundo.
Panorama mediático
En un panorama mediático ampliamente controlado por el régimen islámico, las principales fuentes de información son los medios basados en el extranjero. Los periodistas y los medios independientes en Irán están sometidos a una represión diaria, en forma de detenciones arbitrarias o severas condenas, dictadas en procesos inicuos por tribunales revolucionarios.
Contexto político
El Guía Supremo, Ali Jamenei, acusa regularmente a la prensa independiente de estar manipulada por fuerzas extranjeras. Como líder de las principales instituciones políticas, militares y judiciales del país, ordena detenciones de periodistas y les impone largas condenas de prisión, cuando no la pena capital.
Marco legal
El artículo 24 de la Constitución garantiza la libertad de prensa, pero la ley de 1986 sobre la prensa (reformada en 2000, y en 2009, para incluir las publicaciones en Internet) permite a las autoridades en el poder vigilar que los periodistas no “atenten contra la república islámica”, “ofendan al clero y al Guía Supremo” o “difundan informaciones falsas”.
Contexto económico
Castigado con sanciones sin precedentes y gangrenado por la corrupción, Irán está en una situación económica alarmante, que afecta gravemente a los medios y a los periodistas. Varios medios de comunicación han sido cerrados durante los últimos años y un centenar de profesionales ha perdido su empleo.
Contexto sociocultural
La sociedad iraní es dinámica y progresista, gracias esencialmente a la juventud y a las mujeres, que reclaman mayores libertades y respeto a los derechos fundamentales, entre los que figura la libertad de información. Sin embargo, los temas relacionados con la religión y los derechos de las mujeres siguen siendo difíciles de tratar.
Seguridad
Detenciones, interrogatorios, encarcelamientos, vigilancia, acoso, amenazas... Si la represión contra la libertad de información ya era muy fuerte, se ha desatado contra los periodistas desde que estalló la oleada de protestas tras la muerte de Mahsa Amini. Más de 70 periodistas - muchas de ellas mujeres - han sido detenidos. El régimen utiliza todos los medios para impedir cualquier reportaje sobre el movimiento. Incluso en el extranjero, los profesionales de los medios no son inmunes a las presiones, que van desde el acoso en Internet a las amenazas de muerte.