Tras 16 años de reiterados ataques contra la libertad de prensa por parte del ex primer ministro Frank Bainimarama, la presión ejercida sobre los medios por las autoridades civiles y militares se ha reducido desde la elección de Sitiveni Rabuka como presidente de la República de Fiyi, en 2022. La derogación de la draconiana e impopular legislación sobre el desarrollo de la industria de los medios en abril de 2023 supone un importante paso adelante.
Panorama mediático
Dos diarios dominan el panorama mediático de la prensa escrita: el Fiji Sun, progubernamental, y el Fiji Times, periódico histórico del archipiélago, fundado en 1869 y conocido por su independencia. Además, dos grandes cadenas de televisión, Fiji Broadcasting Corporation (FBC), en manos del Estado, y Fiji Television se disputan las audiencias. Mai TV, fundada en 2008, ha supuesto una renovación de los contenidos informativos, con una presencia en Internet más intensa. La radio es un medio clave en el archipiélago, cuya población se dispersa en un centenar de islas, lo cual permite que por el liderazgo de la FBC compitan otras emisoras del grupo FijiVillage, como Radio Sargam, Navtarang o Viti FM.
Contexto político
Entre 2006 y 2022, la libertad de prensa se ha visto directamente afectada por los ataques recurrentes del ex primer ministro Frank Bainimarama. Frente a la crisis del Covid, un miembro de su equipo resaltaba la necesidad de “asfixiar toda crítica [al gobierno], reprimiendo la libertad de prensa”. Desde la elección de Sitiveni Rabuka en las elecciones generales de diciembre de 2022, la presión ejercida sobre los medios por las autoridades civiles y militares ha disminuido. El viceprimer ministro del gobierno de coalición, Biman Prasad, en particular, se ha mostrado muy favorable a la libertad de prensa.
Marco legal
Hasta su derogación, el 6 de abril de 2023, los medios estaban regidos por un decreto draconiano de 2010 sobre el desarrollo de la industria mediática (Midd, convertido en ley en 2018), y controlados por la autoridad regulatoria resultante, la Media Industry Development Authority (MIDA), directamente vinculada con el poder. Los periodistas que violaban disposiciones muy ambiguas de esta normativa podían afrontar una pena de dos años de cárcel. La instrumentalización de las leyes sobre la sedición, que ha tenido como objetivo varias veces al Fiji Times, generaba igualmente un clima de miedo y autocensura, mediante la amenaza de penas de hasta siete años de prisión.
Contexto económico
Los medios percibidos como críticos con el gobierno han padecido prácticas discriminatorias en materia de publicidad y anuncios legales, de tal forma que el ejecutivo puede usarlas como chantaje. Por ejemplo, en lo más alto de la crisis de la Covid-19, el progubernamental Fiji Sun se benefició de una política preferente de publicidad institucional, en detrimento de su rival, el Fiji Times. A este último, de hecho, se le prohibió su distribución en varias regiones del archipiélago, en la primavera de 2020, aduciendo el Gobierno que la “prensa es un servicio no esencial”.
Contexto sociocultural
Los 936 000 habitantes de Fiyi forman una sociedad multicultural. Las islas reconocen tres lenguas oficiales: el fiyiano, el inglés y el hindi de Fiyi. Los descendientes de las poblaciones autóctonas representan algo más de la mitad de la población, mientras que los que provienen de antiguas migraciones con origen en el subcontinente indio son algo menos del 40%. El resultado es un panorama mediático bastante fragmentado, especialmente en el plano lingüístico, con comunidades que reivindican medios de comunicación exclusivos.
Seguridad
Los intereses de los periodistas están representados por la Fiji Media Association (FMA), que criticaba frecuentemente el acoso a los medios por el anterior gobierno del partido FijiFirst. Tras la derogación de la ley de medios, la FMA ha trabajado duro para restablecer el periodismo independiente y la confianza pública en éstos.