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El Gobierno impide que prospere la prensa independiente, tanto la local como la extranjera, silenciando a las voces disidentes. Los periodistas de Emiratos pueden ser acosados, detenidos o extraditados.
Panorama mediático
La mayoría de los medios de Emiratos pertenecen a grupos de prensa ligados al Gobierno. El principal diario del país en términos de tirada es Al-Khaleej, publicado en el Emirato de Sharjah, mientras que el más veterano es Al-Ittihad, financiado por Abu Dhabi Media Group. Los periódicos en lengua inglesa, como Gulf News o The National son también muy influyentes.
Contexto político
El Consejo Nacional de los Medios regula las instituciones mediáticas y persigue los contenidos críticos con las decisiones del gobierno o que amenazan “la cohesión social”, unos términos lo suficientemente vagos como para incluir a cualquier publicación no acorde con las exigencias del poder. El Consejo Nacional examina y sanciona igualmente las publicaciones de medios extranjeros, sometidos a la normativa nacional.
Marco legal
La Constitución garantiza la libertad de expresión, pero el poder puede censurar las publicaciones que considera demasiado críticas con la política, con las familias de los soberanos, con la religión o con la economía, en virtud de la Ley Federal de 1980. Los periodistas se han transformado en objetivo de las autoridades desde que se aprobase la ley de ciberdelincuencia (2012), actualizada en 2021. Por otra parte, la difusión de “rumores”, especialmente si guardan relación con el Covid-19, está sancionada con multa y pena de cárcel.
Contexto económico
Como en otros países del Golfo, los Emiratos Árabes Unidos invierten grandes recursos en las cadenas de televisión. Dubai constituye un auténtico hub para los medios de la región, especialmente para las agencias de noticias internacionales.
Contexto sociocultural
Existe una cultura de la lealtad para con la familia Al Nahayan, el clan fundador de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), asociado al desarrollo histórico del país y a su pujanza económica. Cualquier crítica a alguno de sus miembros está mal vista y se percibe como una falta de lealtad, lo que favorece la autocensura.
Seguridad
Los EAU son muy competentes en la vigilancia digital de los periodistas y blogueros, que se sitúan en el punto de mira de las autoridades, en cuanto profieren la menor crítica. Normalmente, se les acusa de difamación, ofensa al Estado o difusión de informaciones falsas con el objetivo de dañar la imagen del país. Por todo ello, se arriesgan a severas penas de prisión, donde son susceptibles de recibir malos tratos.