La República de Corea es una democracia liberal que respeta la libertad y el pluralismo mediático. Sin embargo, la tradición y los intereses comerciales impiden a los periodistas desempeñar su labor y las tendencias políticas populistas alimentan el odio hacia los periodistas.
Panorama mediático
Corea del Sur disfruta de un panorama mediático profuso, formado por más de 47 empresas de radiotelevisión y 220 diarios. Los principales periódicos nacionales son: Chosun Ilbo, Korea JoongAng Daily, Dong-a (conservadores); Hankyoreh, Kyunghyang Shinmun (progresistas) y Hankook Ilbo (centro). Aunque la televisión sigue manteniendo su popularidad, Internet se ha convertido en la principal fuente de acceso a la información en los últimos años. Muchos ciudadanos se informan a través de webs de noticias como Naver, mientras que plataformas de vídeo como YouTube son cada vez más populares.
Contexto político
Desde la democratización del país a finales de los años ochenta, los actores políticos han respetado ampliamente la libertad de prensa. Sin embargo, la polarización política hace que los medios considerados "no de nuestro bando" sean objeto de persecución. En 2021, el partido Minjoo, entonces en el poder, impulsó una controvertida ley contra la desinformación, que fue posteriormente abandonada tras las críticas internacionales que recibió. En 2022, el Partido del Poder Popular, actualmente en el poder, demandó a periodistas de la radiotelevisión estatal por difamar al presidente Yoon Suk-yeol. Una regulación complaciente concede al ejecutivo manga ancha para la designación de administradores de los grupos públicos, lo cual puede constituir una amenaza para su independencia editorial. Según la última encuesta de la Asociación de Periodistas de Corea (JAK), más de la mitad de ellos se muestra preocupado por el retroceso de la libertad de prensa desde la llegada a la presidencia de Yoon.
Marco legal
La legislación surcoreana sobre la libertad de información se ajusta a las normas internacionales, aunque la difamación sigue siendo, en teoría, punible con hasta siete años de cárcel, lo que puede llevar a los medios a omitir detalles esenciales en sus artículos, como los nombres de empresas. Los periodistas acusados de atentar contra la Ley de Seguridad Nacional por haber difundido informaciones sensibles, especialmente sobre Corea del Norte, se enfrentan hasta a siete años de prisión.
Contexto económico
Pese a que los reporteros surcoreanos gozan de un entorno editorial relativamente independiente, los ingresos de sus medios dependen fuertemente de la publicidad, lo que puede influir en la línea editorial. Una encuesta de 2021 realizada por la Fundación de la Prensa Coreana (KPF) reveló que los periodistas consideran que los anunciantes son una amenaza para la libertad de prensa. Las adquisiciones de un número creciente de medios por parte de empresas de diversos sectores, especialmente el de la construcción, también supone un riesgo de conflicto de intereses.
Contexto sociocultural
Los medios surcoreanos se enfrentan a la presión de los políticos, de los responsables gubernamentales y de los grandes grupos empresariales. Según un análisis de la Comisión de Arbitraje de la Prensa Coreana, publicado en 2020, los litigios relacionados con los medios no han cesado de aumentar durante la última década. De acuerdo a un informe de 2018 de la Korea Press Foundation, sobre 301 periodistas consultados, el 27,6% afirmó haber sido demandado ante la justicia por sus informaciones, especialmente por “difamación” (78,3%). Casi un tercio de los demandantes son personalidades políticas y funcionarios de alto rango (29%).
Seguridad
Aunque los periodistas pueden ejercer su trabajo en condiciones generalmente satisfactorias, pueden ser víctimas de acoso en línea, una práctica contra la que están poco protegidos. Cerca del 30% de los periodistas que participaron en la encuesta de 2023 de la Fundación de la Prensa Coreana declararon haber sufrido acoso por su condición profesional. Este hostigamiento se materializa principalmente a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos, aunque también son frecuentes los comentarios de trolls en Internet y las acciones legales abusivas. Más del 40% de los periodistas acosados afirmaron no haber recibido el apoyo adecuado de su empleador, lo que revela la necesidad de un respaldo jurídico.